Cuatro personas murieron este domingo en el este de Ucrania en un tiroteo cerca de la ciudad de Slaviansk, controlada por los separatistas prorrusos, lo que hace temer un aumento de la violencia en plena celebración de la Pascua ortodoxa.

El tiroteo costó la vida a tres militantes prorrusos y a un atacante en un retén montado por los separatistas en la aldea de Bilbasivka, unos 18 km al oeste de Slaviansk, anunció a los periodistas Viacheslav Ponomarev, un responsable local.

El ministerio del Interior ucraniano señaló, por su parte, un muerto y tres heridos.

Moscú reaccionó rápidamente a este incidente, que atribuye al grupo nacionalista paramilitar ucraniano Pravy Sektor y que se produce tres días después de la firma de un acuerdo en Ginebra entre rusos, ucranianos y occidentales con el objetivo de rebajar la tensión en la crisis ucraniana.

“Rusia está indignada por esta provocación que muestra la falta de buena voluntad de las autoridades de Kiev para desarmar a los nacionalistas”, señaló en un comunicado el ministerio ruso de Relaciones Exteriores.

“Es asombroso que esta tragedia haya tenido lugar después de la firma el 17 de abril del acuerdo de Ginebra”, añadió la cancillería.

Un militante prorruso encapuchado, Vladimir, de 20 años, aseguró a la AFP que los atacantes, unos 20, huyeron cuando llegaron los refuerzos.

“Cuatro coches se aproximaron a nuestro puesto de control hacia la 01H00 (10H00 GMT del sábado). Cuando quisimos controlarlos, abrieron fuego contra nosotros con armas automáticas”, añadió Vladimir.

Se trata de los primeros muertos en Ucrania en enfrentamientos desde el ataque de unos desconocidos el jueves pasado contra un cuartel militar ucraniano en Mariupol (sur).

El gobierno proeuropeo lleva a cabo en el este una operación para desarmar los militantes prorrusos y liberar los edificios ocupados.

Pascua con kalashnikov

El responsable de los servicios especiales ucranianos, encargados de esta “operación antiterrorista”, el general Vasyl Krutov, indicó el sábado que se adoptarían “medidas para rebajar la tensión” en Slaviansk, donde la situación era preocupante.

En Slaviansk, los militantes prorrusos tienen bajo control el ayuntamiento, la policía y la sede local de los servicios de inteligencia desde hace más de una semana.

Esos activistas locales cuentan con el respaldo de hombres armados presentados como grupos de autodefensa, si bien Kiev y los occidentales los acusan de ser tropas de elite de los servicios especiales del ejército ruso.

Los occidentales acusan a Moscú de haber movilizado 40.000 soldados en la frontera con Ucrania. El Kremlin, por su parte, desmiente cualquier proyecto de invasión del este ucraniano.

En su mensaje pascual al pueblo ucraniano, el patriarca de Kiev Filaret, máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa ucraniana, que se separó de la rusa tras la caída de la Unión Soviética, condenó la “agresión” del país vecino y dijo que Dios ayudaría a “resucitar Ucrania”.

Unos minutos antes de la medianoche, las campanas de la catedral de San Miguel de Kiev tocaron el himno ucraniano para cientos de personas reunidas para el oficio pascual, en un momento en que el país está más cerca que nunca de la partición.

En Moscú, el patriarca ruso Cirilo instó por su lado a rezar para que nadie pueda “destruir la Santa Rusia” e hizo una mención especial a los rusos de Ucrania.

En Slaviansk, hombres uniformados llevando fusiles kalashnikov permanecían el sábado por la noche en la barricada montada frente al ayuntamiento.

Al igual que los prorrusos de Donetsk, quienes ocupan la sede de la administración regional, estos hombres no obedecen al acuerdo cerrado el jueves en Ginebra, que prevé su desarme y la evacuación de los edificios públicos.

Estados Unidos aumentó la presión sobre Moscú para que obligue a los prorrusos a evacuar las administraciones ocupadas en el este de Ucrania en virtud del acuerdo.