Este martes el Gobierno enviará al Congreso el proyecto de ley de reforma tributaria, el cual contempla el aumento del impuesto de primera categoría, la eliminación del Fondo de Utilidad Tributable (FUT), y la reducción del gravamen de las rentas más altas. El mensaje ingresará con urgencia simple, es decir, con una discusión máxima de 30 días por Cámara.

El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, aseguró que el proyecto agregará valor a nuestra economía, tanto en el crecimiento, como en el área social y la dimensión fiscal.

Arenas detalló que la iniciativa contempla aumentar gradualmente hasta 2017, el impuesto a las empresas, de un 20 a un 25%; reducir el gravamen a las rentas más altas, de un 40 a un 35% e incorporar la depreciación instantánea por 12 meses, como compensación por la eliminación del Fondo de Utilidad Tributable, el FUT.

“Se cierra definitivamente el flujo”, adelantó el ministro de Hacienda lo que en la práctica obliga a los dueños de las empresas a tributar por la totalidad de las utilidades y no sólo por las que retiran. Respecto del FUT histórico, Arenas señaló que no hay cambios.

El proyecto elaborado por el Gobierno estipula la depreciación acelerada e instantánea, herramientas que permiten descontar del pago de impuestos, la inversión que se ejecute en la renovación de máquinas y equipos.

El director ejecutivo del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, Gonzalo Polanco, aseguró que este mecanismo no beneficia a las pequeñas empresas, debido a que éstas no tienen grandes inversiones.

Por el contrario, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, destacó la intención de incorporar, al sistema tributario, la depreciación instantánea.

El dirigente empresarial puso en duda la premisa del Gobierno, respecto de que la reforma tributaria no afectará la inversión y el crecimiento.

El presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, expresó que es evidente que una reforma tributaria de la magnitud de la propuesta por el Ejecutivo puede tener efectos sobre el ahorro y la inversión, situación que estarán analizando.

Otro elemento del proyecto, es el aumento del impuesto de timbres y estampillas, del actual 0,4 al 0,8 %. Esta modificación, a juicio del economista Paul Fontaine, perjudica a las personas y distorsiona el mercado de capitales.

Una apreciación distinta tuvo el economista Hugo Fazio, del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Cenda, quien afirmó que el impuesto de timbre y estampillas, al aplicarse al monto de los créditos, beneficia a las grandes empresas, por lo que destacó su incremento.

Además el proyecto de reforma tributaria busca introducir cambios en el pago del IVA, elemento destacado por Rafael Cumsille, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, quien valoró las referencias a las llamadas “mipyme” que tuvo la Presidenta Michelle Bachelet cuando firmó el proyecto.

En tanto la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Bárbara Figueroa, indicó que la propuesta del Ejecutivo se acerca mucho a lo planteado por la multisindical.

La dirigenta destacó especialmente la derogación del Decreto Ley 600 de inversión extranjera, otra reforma contenida en el proyecto.

La iniciativa del Gobierno contempla, también, aumentar el gravamen a las bebidas alcohólicas y no alcohólicas azucaradas; establecer una serie de mecanismos anti evasión y elusión tributaria; y aplicar impuestos para el cuidado del medioambiente.