Los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes presentaron este jueves una declaración de principios que apoya la legalización de millones de inmigrantes ilegales, aunque sin contemplar una vía para obtener la ciudadanía.

“No habrá una vía especial a la ciudadanía para individuos que rompieron las leyes migratorias”, señala un borrador del documento, obtenido por periodistas tras una reunión a puertas cerradas del partido Republicano a las afueras de Washington.

El documento de un página, sin embargo, aclara que apoya la oportunidad de que los jóvenes inmigrantes, traídos ilegalmente al país por sus padres, puedan adoptar la ciudadanía estadounidense.

Los republicanos hasta ahora se habían negado a otorgar cualquier tipo de regularización a quienes cruzaron ilegalmente la frontera, lo que consideraban una “amnistía”.

Pero ahora esos inmigrantes, propone el texto, “podrían vivir legalmente y sin miedo en Estados Unidos”, solo si antes admiten su culpabilidad, pasan controles, pagan multas e impuestos atrasados, hablan inglés y pueden mantener a sus familias sin acceder a las ayudas públicas.

El camino para los jóvenes inmigrantes, conocidos como “dreamers”, tampoco estaría libre de obstáculos.

El texto ofrece la posibilidad de obtener la ciudadanía a aquellos jóvenes que “cumplan ciertos estándares de elegibilidad, sirvan honorablemente en las fuerzas armadas u obtengan un título universitario”.

Aislados en un hotel del estado de Maryland (este) en una reunión de tres días a puertas cerradas, los dirigentes del partido republicano estaban diseñando las grandes líneas de la campaña de medio mandato del 2014 y algún punto de encuentro con las políticas del presidente Barack Obama.

El martes, en su discurso del estado de la Unión, Obama había insistido nuevamente por la aprobación en el Congreso de una reforma migratoria, que fue pilar de la campaña para su segundo y último mandato.

Días antes, el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner había señalado que había “llegado la hora de afrontar” el tema migratorio, cuidándose de resaltar la “importancia de abordar cómo se va a hacer”.

El documento también contiene las principales exigencias esgrimidas por el bando conservador durante el largo debate por una reforma migratoria, como la necesidad de mejorar la seguridad fronteriza y remodelar los vencidos sistemas de visas y verificación laboral.

El Senado aprobó en junio, y con apoyo bipartidista, la más profunda reforma de la legislación migratoria en una generación, incluyendo entre otros asuntos la legalización de ilegales así como la posibilidad de adquirir la ciudadanía estadounidense en un período de 13 años.

Boehner aseguró a los miembros de su partido que la Cámara no “entraría en negociaciones con el Senado” sobre el proyecto, y resaltó la importancia de seguir con la posición republicana de abordar la reforma “paso a paso”.

A pesar del claro rechazo de los lineamientos republicanos a la posibilidad de obtener la ciudadanía, algunos demócratas le dieron la bienvenida con optimismo a este borrador de proyecto.

“Si bien estas propuestas están muy lejos de los objetivos de ambos partidos en el Senado, les damos la bienvenida reconociendo que la situación actual es inaceptable”, afirmó en un comunicado el senador demócrata, Robert Menendez, coautor del proyecto aprobado en junio.

Los dirigentes republicanos son conscientes de la necesidad de una reforma y que su postura política se ha traducido en una falta de apoyo electoral por parte de la comunidad hispana con derecho a voto.

Pero en un año de elecciones legislativas, las filas más tradicionalistas del partido temen que pasar una reforma para regularizar la situación de millones de inmigrantes ilegales los aleje de su base de conservadores blancos.