Las nueces, el maní, las avellanas y las almendras de seguro pasarán a ser más que un simple snack cuando el estómago reclame por suministros.

Los consumidores habituales de frutos frescos ya celebran las conclusiones del resultado de un estudio realizado en Estados Unidos que evidencia la reducción en un 20% de probabilidades de morir por cualquier motivo entre quienes incluyen este tipo de alimentos en su dieta.

Un seguimiento de tres décadas fue el que realizaron científicos del Instituto del Cáncer Dana Farber, el Hospital Brighman de Mujeres y la Escuela de Salud de Harvard a más de 120.000 personas. Según el estudio, en este periodo quienes tenían menores probabilidades de fallecer eran los que comían más nueces.

El porcentaje, según explicó Ying Bao, del Hospital Brigham de Mujeres, partía desde un 7% para quienes consumían nueces una vez a la semana, llegando la cifra hasta 20%, recoge ABC.

Las enfermedades cardiovasculares habrían sido las primeras en mostrar una mejoría sustancial, seguidas del riesgo de morir de cáncer

El seguimiento a las 76.464 mujeres que participaron de la medición partió en 1980, mientras que en 1986 se comenzó a trabajar con el grupo de 42.498 hombres, terminando en ambos casos el seguimiento en 2010.