La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, firmó este martes por la noche un acuerdo con líderes de bancadas en el Congreso para evitar la aprobación de leyes que impliquen un aumento del gasto público.
El acuerdo, anunciado por la propia Rousseff en la red social Twitter, evitaría cortes de impuestos o nuevos gastos no previstos en el presupuesto.
La mandataria explicó que en el Pacto por la Responsabilidad Fiscal, “los líderes de los partidos se comprometieron a no apoyar proyectos que impliquen un aumento del gasto o la reducción de ingresos”.
El pacto fiscal forma parte de uno de los compromisos del gobierno tras la masivas manifestaciones de junio en contra de la corrupción y los millonarios gastos públicos en el Mundial que acoge el país el año que viene.
La presión de las protestas llevó al gobierno a comprometerse en cinco aspectos, el primero de ellos sobre la política fiscal. Incluye también una reforma política y mejoras en la educación, transporte y salud.
Con este acuerdo, Brasil podrá dar una imagen al mercado de austeridad fiscal, permitiendo planificar y cumplir sus metas propias y sugeridas por organismos internacionales.
La agencia de calificación financiera Moody’s revisó en octubre a la baja la perspectiva de la deuda de Brasil, cuya nota es Baa2, de positiva a estable, basado en parte al “deterioro” del nivel de endeudamiento y de las cuentas públicas.