Autoridades de Guatemala capturaron este domingo a seis personas vinculadas al narcotráfico, entre ellas dos policías y una mujer, acusadas de la masacre de ocho agentes policiales hace un mes y del posterior asesinato de un jefe de la institución.

“La investigación ha podido determinar suficiente evidencia que los coloca a ellos como responsables” del asesinato de los policías, dijo en rueda de prensa el ministro guatemalteco del Interior, Mauricio López, al finalizar más de 30 allanamientos en tres municipios del departamento de Huehuetenango (oeste y fronterizo con México).

Cientos de policías, militares e integrantes de la Fiscalía participaron en los operativos donde se decomisaron varias armas de fuego, entre ellas cinco fusiles AK47 y dinero en efectivo, agregó el funcionario.

Según López, además de la masacre contra los policías, los capturados “aparecen vinculados a muchísimos homicidios violentos, a muchísimos asesinatos y responsables de pertenecer a una estructura de narcotráfico”.

Por su lado, la fiscal general de Guatemala, Claudia Paz, declaró que “aun hay ordenes de captura pendientes”, aunque no detalló cuántas personas más están ligadas al crimen de los nueve elementos de la Policía Nacional Civil.

Ahora los cinco hombres capturados serán procesados por asociación ilícita, asesinato, robo agravado y secuestro, mientras que la mujer detenida enfrentará una acusación por la tenencia ilegal de armas de fuego, indicaron las autoridades guatemaltecas.

La noche del 13 de junio un comando armado asesinó a balazos a ocho agentes y secuestró a César García, jefe policial del municipio de Salcajá (Quetzaltenango, unos 190 km al oeste de la capital), en una acción que las autoridades atribuyen a narcotraficantes que operan en esa región.

Días después de la matanza, el presidente de Guatemala, Otto Pérez, confirmó el asesinato de García, aunque no precisó si partes de un cuerpo y un uniforme negro que utiliza la Policía guatemalteca encontradas en un río de Huehuetenango correspondían al jefe policial.

El Ejecutivo decretó tres días de duelo a nivel nacional por la matanza de los policías, que conmocionó a la población y despertó la preocupación de diversos sectores sociales que consideran la acción como una muestra del poder del crimen organizado en el país.

Guatemala vive una ola de violencia que deja más de 6.000 muertos cada año, uno de los índices más altos de Latinoamérica.

Las autoridades estiman que cerca del 50% de las muertes violentas en Guatemala están asociadas a la actividad del narcotráfico y a la lucha entre pandillas o “maras”.