Los alumnos del liceo A-21 de Talcahuano no recibieron almuerzos durante la semana, porque la Junaeb acusó la sustracción de alimentos y utensilios durante la toma.

Hasta diciembre del año pasado, el derecho a la alimentación para los estudiantes era universal en nuestro país. Ningún estudiante perteneciente a los recintos municipalizados vulnerables en condición socioeconómica, debía quedar sin almuerzo.

Pero una nueva normativa supedita dicho derecho a reglamentos de higiene que incluye el uso de utensilios de cocina en buen estado y que no permite la entrega de colaciones frías en caso excepcionales.

El director subrrogante de la Junaeb en el BíoBío y Encargado de Programa de Alimentación Escolar (PAE), Waldo Sembler, explicó que no existen protocolos al respecto.

La decisión de no entregar los almuerzos habría sido tomada en conjunto con el DAEM y la dirección del liceo, expuso Sembler y afectó sólo al Liceo A-21, establecimiento que, recordemos, fue felicitado por la autoridad educacional por las buenas condiciones en las que lo entregaron tras la toma.

Consultado el municipio de Talcahuano, el alcalde subrrogante, Héctor Silva, hizo un llamado a tomar consciencia de las consecuencias en caso de retomar las ocupaciones de los establecimientos.

El vicepresidente del Centro de Estudiantes, Javier Mella, sin desconocer posibles robos, no sólo rechazó la determinación, sino que además aseguró que un camión de Junaeb retiró los alimentos cuando iniciaron la toma.

En total, 1400 alumnos no recibieron almuerzo, según confirmó el director subrrogante de Junaeb, una vez que los estudiantes regresen de vacaciones, el 22 de julio, se reanudará la entrega del beneficio.

Valeska Vivallo (RBB)

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