El gobierno colombiano suspendió el diálogo con los campesinos que protestan desde hace un mes en la región del Catatumbo (noreste), en la que han muerto cuatro manifestantes, y rechazó decretar “por presión” una zona de reserva campesina.

“Tenemos toda la disposición para acordar programas con los campesinos, pero no vamos a poner en juego la autoridad del Estado y la seguridad de los colombianos”, dijo el jueves el presidente Juan Manuel Santos, a la vez que enfatizó que a las reservas campesinas “no se puede llegar por la presión de las vías de hecho”.

La delegación del gobierno que intenta un diálogo con los campesinos había anunciado desde la mañana del jueves la suspensión de las conversaciones hasta que no se levanten los bloqueos de vías en la región, fronteriza con Venezuela.

Hasta el momento los voceros de los campesinos no han respondido a esa decisión, aunque la Iglesia católica hizo un llamado a retomar las conversaciones.

“Quisiéramos que se siguiera dialogando porque es la única solución a los conflictos. Hay que hacer un esfuerzo para reanudar los diálogos y mantenerse en los diálogos”, dijo el cardenal Rubén Salazar, quien pidió a ambas partes que “no vuelvan rígidas las posiciones”.

Los delegados del gobierno habían iniciado el diálogo el martes en la zona donde desde hace un mes comenzó la protesta, inicialmente en contra de la erradicación de cultivos de coca, aunque posteriormente se agregaron otros reclamos sociales y la petición de la creación de una zona de reserva campesina.

Las reservas campesinas son una figura legal creada en 1994 que concede ciertos niveles de autonomía para preservar en algunos territorios la pequeña propiedad de la tierra.

Esa figura forma parte de las discusiones que desde finales de 2012 adelanta el gobierno de Santos en La Habana con la guerrilla comunista FARC, en busca de poner fin a casi 50 años de conflicto armado.

En días recientes, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y el director de la Policía, general José Roberto León, aseveraron que las manifestaciones en el Catatumbo han sido infiltradas por las FARC, señalamiento rechazado por los dirigentes campesinos.

El Catatumbo, en el departamento Norte de Santander, es una región con presencia de las guerrillas izquierdistas desde hace unos 40 años. También se han asentado allí grupos paramilitares de derecha (ya desmovilizados) y organizaciones criminales que se derivaron de estos. Además, es una zona importante en cultivos de hoja de coca.

Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), con unos 8.000 combatientes, es la principal guerrilla del país y la más antigua de América Latina, con 49 años de lucha armada.