El Boeing 777 de la compañía surcoreana Asiana Airlines, que se estrelló el sábado en el aeropuerto de San Francisco al aterrizar dejando dos muertos, se acercó a la pista a una velocidad “significativamente por debajo” de la normal, anunciaron este domingo las autoridades estadounidenses.

La presidenta de la Agencia estadounidense de Seguridad en el Transporte (NTSB), Deborah Hersman, precisó asimismo que el piloto pidió la autorización para no aterrizar y volver a ganar altitud, apenas 1,5 segundos antes del impacto.

La titular de la NTSB dijo que los datos ofrecidos por las dos cajas negras -una sobre parámetros técnicos y otra sobre las conversaciones en la cabina- estaban en buen estado, por lo que se pudo establecer un primer informe sobre el accidente.

“Durante la maniobra de aproximación, los datos indican que los aceleradores estaban en punto muerto y la velocidad en el aire estaba significativamente por debajo de lo normal”, explicó Hersman en una rueda de prensa en San Francisco (California, oeste de Estados Unidos). La visibilidad era buena en el momento del aterrizaje, precisó.

Los pilotos reactivaron los aceleradores para ganar altitud y los motores respondieron correctamente, dijo Hersman.

Las conversaciones en la cabina permitieron entender que “la petición de uno de los pilotos para acelerar fue enviada siete segundos antes del impacto. Y la petición (a la torre de control) para retomar altitud llegó un segundo y medio” antes de que la cola impactara contra el suelo, reveló la presidenta de la NTSB.

De todas formas, Hersman subrayó que es “demasiado pronto para llegar a una conclusión. Todas las opciones están sobre la mesa”.

El vuelo 214 de Asiana Airlines salió de Shanghai el viernes, hizo una escala en Seúl y llegó a San Francisco con 291 pasajeros y 16 tripulantes.

Dos adolescentes chinas fallecieron y 182 personas resultaron heridas, las más graves tienen fracturas en la columna que les han provocado parálisis, hemorragias abdominales serias o están inconscientes.