Los músicos rusos, el pianista Alexei Volodin y el director Kostantin Chudovsky compartirán este fin de semana, el escenario del Teatro Municipal de Santiago, para ofrecer el Concierto N° 1 de Johannes Brahms y la Sexta sinfonía de Dmitri Shostakóvich.

Volodin, quien a mediados de semana ofreció un brillante recital en el Municipal, es un pianista de gran trayectoria, se ha presentado en el Concertgebouw de Ámsterdam, Tonhalle de Zurich, Barbican Centre de Londres, Lincoln Center, Théâtre des Champs Élysées, Salle Pleyel de París y Konzerthaus de Viena, y ha colaborado con directores como Lorin Maazel, Riccardo Chailly, David Zinman, Carlo Rizzi, Semyon Bychkov y Marek Janowski.

El Concierto para piano y orquesta n.º 1 en re menor, op. 15, de Johannes Brahms fue estrenado el 22 de enero de 1859 en Hanóver, obra fue compuesta después de un prolongado período de gestación, como muchas obras del compositor alemán,, especialmente su primera sinfonía. Durante este tiempo, Brahms pasó de una sonata para dos pianos a una sinfonía, hasta decidirse finalmente por el formato de concierto. Escrito en uno de los peores momentos de su vida, después de ver como su maestro y compañero, Robert Schumann perdía el juicio y finalmente moría en un manicomio.

Cinco días después de su estreno, en Leipzig una audiencia entusiasmada silbaba desagradada por el concierto. En una carta que escribió Brahms al renombrado violinista Joseph Joachim, le comentaba:«Después de todo estoy aún en fase de experimentación y voy orientándome a tientas. Sin embargo, pensándolo bien… los silbidos fueron en verdad excesivos.»1 A pesar de que fue compuesto cuando era apenas un joven, el concierto es quizás una obra de madurez de Brahms. A medida que el tiempo ha pasado, ha aumentado su popularidad, siendo considerado ahora como una obra
maestra.

El concierto simboliza el esfuerzo de Brahms de combinar los efectos pianísticos con la orquesta, a diferencia de sus predecesores que limitaban el papel de la orquesta a un mero acompañamiento del solista. Brahms pulió aún más esta técnica en su segundo concierto para piano. En este concierto también se demuestra el interés de Brahms por escribir música particularmente interesante para el corno y los timbales, cuyas partes son notablemente difíciles.

La obra está compuesta por los siguientes movimientos:
Maestoso.
Adagio.
Rondó: Allegro non troppo.

En cuanto a la Sinfonía n.º 6 en si menor, Op. 54 de Dmitri Shostakóvich fue compuesta en 1939, y estrenada en Leningrado el 21 de noviembre de ese año, por la Orquesta Filarmónica de Leningrado dirigida por Evgeni
Mravinsky.

Se había anunciado que la sexta sinfonía de Shostakóvich iba a ser una “Sinfonía Lenin” a gran escala. El propio Shostákovich anunció en septiembre de 1938 que estaba ansioso por emprender la composición de una gran obra con
solistas y coro basada en el poema Valdimir Ilyich Lenin de Vladimir Mayakovsky, pero se encontró con dificultades prácticas, debido al carácter declamatorio del poema. Posteriormente intentó sin éxito introducir en la obra otros textos sobre Lenin. En enero de 1939, en una entrevista radiofónica comentó aspectos de su nueva composición, sin hacer ninguna referencia a Lenin, o a ninguna otra asociación extramusical. 1

La nueva sinfonía, puramente instrumental, se completó en septiembre de 1939. Sobre ella, Shostakóvich comentó en la prensa: “El carácter musical de la Sexta Sinfonía será diferente del estado de ánimo y el tono emocional de la Quinta Sinfonía, en la que eran característicos los momentos de tragedia y tensión. En mi última sinfonía, predomina la música de tipo contemplativo y lírico. Quería transmitir en ella el estado de ánimo de la primavera, la alegría, la juventud”.

El 21 de noviembre de 1939, exactamente dos años después del estreno de la Quinta, se estrenó la Sexta sinfonía en el mismo lugar y con los mismos intérpretes que la sinfonía precedente: en la Gran Sala de la Filarmónica de Leningrado, con la Orquesta Filarmónica de Lenigrado dirigida por Mravinsky. En la misma sesión se interpretó el Poema Romántico para violín y orquesta de Valeri Zhelobinsky. La obra tuvo una gran acogida, y se repitió la interpetación del final. Aunque un crítico local alabó a Shostakóvich por liberarse de tendencias formalistas en su nueva sinfonía, la obra fue posteriormente criticada por su estructura desgarbada, y la discordante yuxtaposición de estados de ánimo contrastados. El hecho de que la sinfonía se interpretara en el marco de un festival de música soviética junto con obras de carácter patriótico de Prokófiev (Alexander Nevsky) y Shaporin (En los campos de Kulikovo) probablemente no ayudó.1

La primera grabación discográfica se produjo en 1940, en los Estados Unidos, con Leopold Stokowski dirigiendo a la Orquesta de Filadelfia. La sinfonía consta de tres movimientos, y su interpretación dura alrededor de 30
minutos:
Largo
Allegro
Presto
La estructura es inusual, comenzando con un movimiento lento, largo e introspectivo, seguido por dos movimientos más cortos y de tiempo rápido. El segundo es un scherzo de los habituales en el autor, y el final es una suerte de “gallop”.

Fecha:
Viernes 5 y sábado 6 de julio a las 19:00 hrs.

Lugar:
Teatro Municipal de Santiago, Agustinas 794

Programa:
Johannes Brahms:
Concierto para piano nº1 en re menor, Op. 15

Dmitri Shostakóvich:
Sinfonía nº 6 en si menor, Op. 54

Precios:
$3.000 a $48.000

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