El escritor y periodista español, Javier Cercas, se hizo mundialmente famoso con Soldados de Salamina, una novela planteada como investigación, ambientada al fin de la Guerra Civil Española y donde explicaría cómo salvó con vida el ideólogo de La Falange española.

En tanto, “La Verdad de Agamenón”, nos muestra un libro híbrido de relatos, pasiones y recuerdos autobiográficos, ya que la escritura de Cercas se la reconoce por su estilo y una voz inconfundibles, pero también por la mezcla inextricable de géneros que conviven en ella por la naturalidad con que transita de la ficción a la no ficción.

Sus novelas tienen casi siempre un componente ensayístico y a menudo participan de la crónica, la falsa autobiografía y la discusión literaria e histórica. Por lo mismo, sus reportajes y artículos nunca pretenden ocultar a un narrador puro que arrolla con su incontenible e irónica capacidad persuasiva, convirtiendo cuanto toca en literatura. De esa naturaleza híbrida participa La verdad de Agamenón.

Las piezas que reúne esta miscelánea obra, están agrupadas en cuatro partes, la primera de ellas son las autobiografías: que acogen relatos de viajes, de ciertas pasiones y recuerdos personales. Luego vienen las cartas de batalla: textos en su mayoría vindicativos y polémicos, que atañen a nuestra historia y literatura recientes. En tercer lugar están los nuevos relatos reales: desopilantes historias que no eluden la emoción ni el compromiso con la propia memoria y por último, los contemporáneos: los que incluye algunos ejercicios de admiración y de diálogo con ciertos escritores próximos al quehacer literario del autor.

En todos ellos asoma esa dualidad de crítica y narración, de experiencia personal e intelectual o libresca, que es consustancial a las novelas de este autor, y que aquí se manifiesta de forma tal vez más flagrante, pero no menos gozosa. Esa imbricación explica la presencia del hilarante cuento final, «una fábula sobre el deseo, o la imposibilidad, de ser otro, que a modo de brillante epílogo remata un volumen donde acaso se hallen algunas de las mejores páginas de Cercas. La intensa y brillante claridad de la emoción en su escritura remite a Scott Fitzgerald y a Faulkner.

Por su parte, “La Velocidad de La Luz”, nos cuenta la historia de un joven novelista que con el tiempo tiene que vencer a sus demonios, mediante el relato de una amistad que empieza en 1987, cuando el narrador, un joven aspirante a novelista, viaja a una universidad del Medio Oeste estadounidense y conoce a Rodney Falk, su compañero de despacho y ex combatiente de Vietnam, quien además se caracteriza por ser huraño, inabordable, ferozmente lúcido y corroído en secreto por su pasado.

Pero esta libro también cuenta la experiencia radical en el abismo indescifrable del mal y la culpa que el propio narrador sólo logrará entender y asumir años más tarde, como en una fulguración, cuando conozca el éxito y lo que éste tiene de corrupción insidiosa. Para entonces la figura imprecisa de Rodney y su historia devastadora acabarán imponiéndosele con la fuerza de lo necesario, como un emblema de su propia historia, y acaso de la condición humana.

Con una escritura de engañosa transparencia y una trama que no da tregua al lector, esta obra indaga en nuestra ilimitada capacidad de hacer daño, en la infinita estupidez de la guerra y el éxito, pero sobre todo en el poder definitivo de la literatura para enfrentarse a la realidad y exorcizar sus demonios.

Con “La Velocidad de La Luz”, Cercas vino a revalidar su creación anterior. Elegido como el libro del año por La Vanguardia y Qué Leer, se llevó los merecidos reconocimientos de parte de Arzobispo Juan de San Clemente, Cartelera Turia y el Athens Prize for Literature.

Los libros de Javier Cercas han sido traducidos a más de treinta idiomas y han obtenido numerosos galardones nacionales e internacionales, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Salambó, Premio de la Crítica de Chile, Premio Llibreter y The European Athens Prize for Literature.