El joven y talentoso músico ruso, Sasha Rozhdestvensky y la Orquesta le Sinfónica de Chile, brindaron la noche del sábado una hermoso concierto en el Teatro Universidad de Chille de la Plaza Baquedano, al interpretar en forma brillante, el concierto de Johannes Brahm, que mereció cinco salidas la término, junto a su conductor, una vez más el director alemán Ekarth Preu, residente en los Estados Unidos.

Rozhdestvensky, considerado uno de los mejores violinistas rusos del momento, retornó al país luegp de cuatro años, para ofrecer uno de los más bellos conciertos compuesto en la historia de la música clásica, con tres movimientos, sólidos y melodiosos. En especial sobresalió como solista, pero además actuó como un sólo cuarpo con los integrantes de la agrupación orquestal. Las cualidades principales que muestra, son la gran técnica instrumental y su sensibilidad artística, además de su precisión en las notas altas. Ofreció dos ‘encores’ antes de retirarse del escenario, el último de neto corte folklórico y popular, del todo gusto de los asistentes.

El gran Yehudi Menuhin, fallecido hace algunos años, calificó al solista Rozhdestvensky como “uno de los más talentosos y refinados violinistas de su generación”. hay que recordar que el debut en Chile de este último, hace cuatro años, para estrenar el Concierto para violín N° 4 del compositor ruso Alfred Schnittke, se convirtió en uno de los puntos altos de la Temporada 2009 de la Sinfónica de Chile. En su regreso al país, el público nacional pudo escucharlo, ahora, interpretar uno de los conciertos para violín más famosos del repertorio escrito para este instrumento, el ya mencionado Op. 77 de Johannes Brahms.

Hijo único del director de orquesta ruso, Gennady Rozhdestvensky, quien fue director del Teatro Bolshoi y de la pianista Viktoria Postnikova, Sasha inició sus estudios musicales en la Escuela Central de Música de Moscú, los continuó en los Conservatorios de Moscú y de Paris, y en el Royal College of Music de Londres.

Desde su actuación en el Carnegie Hall de Nueva York en 1992, ha participado regularmente como solista con las más grandes orquestas del mundo, entre ellas la Sinfónica de Boston, la Orquesta de Cámara de Europa, la Filarmónica de Radio-Francia, la Orquesta Filarmónica de Israel, la Sinfónica de Londres, la Orquesta de La Scala, la Filarmónica Real de Estocolmo y la Filarmónica de Israel, entre otras, y bajo la batuta de famosos directores como: Vladimir Ashkenazy, Jean Claude Casadesus, Valery Gergiev y Anton Nanut.

En Schumann se lució Preu

La segunda obra del concierto del reciente fin de semana, fue dedicada a la Sinfonía N°4 de Robert Schumann, cuya composición sobresale por su romanticismo. El director Eckart Preu y la Sinfónica ofrecieron una ejecución de primer nivel en los cuatro movimientos, con especial lucimiento de cuerdas y bronces. El maestro alemén eso sí, en algunos pasajes de la obra exhibió un actitud con movimientos exageradamente histrónicos, que no corresponden a un músico de su categoría.

Sobre esta sinfonía, Preu señaló que “fue escrita por Schumann para su esposa Clara y que es realmente una canción sin palabras. La belleza impresionante de las canciones de Robert Schumann se traducen directamente en su música sinfónica”. Según la crítica especializada, esta obra es considerada como lo mejor del repertorio de Schumann.

En síntesis: ambas obras fueron ovacionadas por el público asistente al teatro universitario, gracias al talento, sensibilidad de los protagonistas principales y de la agrupación orquestal como un todo, en una programación doble muy bien elegida.