Cinco tripulantes de una lancha pesquera que se hundió en San Vicente salvaron providencialmente luego de permanecer cerca de dos horas a bordo de una pequeña embarcación tras el naufragio. Mientras, en Tumbes un hombre que subió ebrio a un bote, casi murió ahogado frente a la Isla Quiriquina.
Los cinco pescadores, con zarpe y documentación vigente, navegaban 5 millas náuticas al Oeste de San Vicente, en la cargada lancha a motor “Betania”, cuando ésta comenzó a hundirse en medio de olas de 2 metros, viento de hasta 15 nudos y una espesa vaguada costera.
Tras la alerta a la capitanía de puerto, se desplegó el plan de emergencia en que una lancha no advirtió los restos de la nave ni a los tripulantes, pero cerca de la medianoche éstos dieron señales de vida, indicó el teniente segundo Manuel Fuenzalida, de la gobernación marítima de Talcahuano.
El oficial de servicio agregó que, según informaron los pescadores, el hundimiento obedeció a las desfavorables condiciones climáticas.
No fue la única emergencia de las últimas horas, ya que este viernes, un hombre en estado de ebriedad sacó el bote de pesca artesanal de un amigo en Tumbes y se adentró en el mar, sin permiso legal ni conocimientos, ya que no es pescador.
El oleaje lo arrojó a la playa de Punta Viejos, cerca de la escuela de grumetes de la isla Quiriquina, desde donde un rápido bote fue en auxilio. Fue rescatado con principio de hipotermia y una herida en la rodilla izquierda, siendo derivado al hospital Las Higueras.