La Casa Blanca dijo este viernes que se toma “en serio” la nueva amenaza de Corea del Norte de estar en “estado de guerra” con el Sur, aunque consideró que las advertencias de Pyongyang siguen un patrón familiar.
“Hemos visto informes sobre un nuevo y negativo comunicado de Corea del Norte. Tomamos en serio estas amenazas y estamos en contacto permanente con nuestros aliados de Corea del Sur”, anunció Caitlin Hayden, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense.
Corea del Norte libró la última de una serie de amenazas extremas que han encontrado una dura respuesta tanto de Seúl como de Washington y desencadenado la preocupación internacional acerca de las tensiones en la península coreana, que puedan salirse de control.
Pyongyang anunció poco antes que había entrado formalmente en “estado de guerra” con Corea del Sur y advirtió que cualquier provocación escalaría rápidamente a un conflicto nuclear.
“La situación que prevalece desde hace mucho tiempo, según la cual península coreana no está guerra ni en paz, ha terminado”, señaló el comunicado difundido por la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA.
Si bien Estados Unidos trató de mostrar su preocupación por los comunicados de Pyongyang, también situó las amenazas de Corea del Norte en el contexto de la retórica del régimen de Kim Jong-un.
“También queremos señalar que Corea del Norte tiene un largo historial de retórica bélica y las amenazas y el anuncio de hoy siguen un patrón familiar“, afirmó Hayden, apuntando a que Estados Unidos es totalmente capaz de defenderse, así como a sus aliados asiáticos.
“Continuaremos tomando medidas adicionales contra la amenaza de Corea del Norte, incluyendo nuestro plan de incrementar los interceptores terrestres estadounidenses y radares de seguimiento y alerta temprana”, afirmó.
Anteriormente el viceportavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest había afirmado ante los reporteros a bordo del Air Force One que Pyongyang es el único responsable de la escalada de tensión.
“Estamos coordinando estrechamente no sólo con nuestros aliados sino también con Rusia y China, que tienen una participación significativa a la hora de resolver esta situación de forma pacífica”, afirmó Earnest.
“El camino hacia la paz para Corea del Norte está claro”, es decir, detener su retórica bélica, finalizar su programa nuclear y poner a su población en primer lugar.
El Norte y el Sur protagonizaron la Guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un armisticio, por lo que técnicamente nunca han dejado de estar en guerra.