Francia intentaba convencer este viernes a sus socios europeos de la necesidad de levantar el embargo a la entrega de armas a los rebeldes sirios, en el segundo día de una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas.
Según una fuente diplomática francesa, el objetivo es “convencer a nuestros socios europeos de que hay que levantar el embargo. La decisión no se tomará esta mañana, pero hay que abrir el debate”.
El presidente François Hollande afirmó el jueves que sin un acuerdo europeo, Francia está dispuesta a “asumir sus responsabilidades” y entregar armamento a los insurgentes sirios, alegando “temores sobre el uso de armas químicas” por parte del régimen de Bashar al Asad.
Francia cuenta con el apoyo del Reino Unido. Sin embargo, varios países, entre ellos Alemania y los nórdicos, se muestran muy cautos, pues temen que ese material termine en manos de yihadistas y alimente una proliferación de armas en la región, como fue el caso en Libia a fines de 2011, tras la caída de Muamar Gadafi.
El canciller austríaco, Werner Feymann, advirtió antes de la reunión del viernes que “en general, lo que ocurre (si se levanta el embargo) es que los que están del otro lado entregan más armas todavía”, en una aparente alusión a Rusia, el gran socio militar del régimen sirio.
“Estamos en contra del fin del embargo sobre las armas. Pensamos que la entrega de armas no contribuye a una solución posible” del conflicto, añadió el dirigente austríaco.
En la misma línea, una fuente diplomática española declaró a la prensa en Bruselas que “no hay apetito entre los países miembros para seguir la postura francesa”. Dicha cautela es un sentimiento “bastante mayoritario”, aseguró.
“Entre los grandes países, hay prudencia. Y creo que los servicios de (el presidente de la UE Herman) Van Rompuy y (la jefa de la diplomacia europea Catherine) Ashton están en la misma línea”, añadió.
La fuente afirmó que Alemania no está a favor de seguir a París y Londres, y defendió la vigencia hasta fines de mayo del acuerdo alcanzado por el bloque en febrero.
En aquella ocasión, los 27 Estados miembros decidieron prorrogar por tres meses las sanciones contra Siria, que incluyen un embargo sobre la entrega de armas. Eso sí, levantaron las restricciones sobre la entrega de material no letal y de asistencia técnica, con el fin de “ayudar a la oposición y proteger a los civiles”.
El conflicto sirio se inició hace exactamente dos años, con una sublevación duramente reprimida por el régimen. Según datos de la ONU, dejó hasta el momento unos 70.000 muertos y provocó el exilio forzado de un millón de personas.