Una encuesta de Forrester realizada a 1.282 gerentes de tecnología en empresas de EEUU y Reino Unido, encontró que existe muy poco ánimo para migrar a la próxima encarnación de Windows.
Consultados sobre posibles planes para actualizar el sistema en el futuro, sin una fecha precisa, la firma encontró que apenas un 24% de las empresas tiene la intención de adoptar Windows 8. Esto en contraste con el 49% de empresas que en 2009 si estaba dispuestas a instalar el recién estrenado Windows 7.
En aquel entonces, un 7% de las empresas encuestadas tenía planes de instalar Windows 7 antes de 12 meses. En esta ocasión, sólo un 4% de quienes respondieron afirmó disponer del mismo plazo para incorporar Windows 8, indica el portal tecnológico The Register.
Peor aún, los gerentes de tecnologías puede que ni siquiera estén tomando en serio al nuevo caballo de batalla de Microsoft. Esto porque un abismante 47% indicó que “ni siquiera le han echado un vistazo”, comparado con el 27% de quienes no se habían molestado en investigar sobre Windows 7 hacia 2009.
Se debe considerar que en 2009 muchas empresas llevaban casi una década usando Windows XP o habían caído en desgracia al adoptar Windows Vista, por lo que Windows 7 se hacía más atractivo, misma situación que -ahora- atenta contra la masificación de Windows 8.