Turquía trató este sábado de bajar la tensión, admitiendo que el avión suyo derribado el viernes pudo haber violado el espacio aéreo de Siria, donde el presidente del país, Bashar Al Asad, anunció un nuevo gobierno con los mismos ministros en los puestos claves.

Al menos 48 personas, en su mayoría civiles, murieron el sábado en actos de violencia en Siria. Las fuerzas del régimen proseguían sin cesar la represión de la revuelta, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.

El caza turco derribado el viernes en Siria podría haber violado el espacio aéreo de ese país a causa de su gran velocidad, reconoció el presidente de Turquía Abdulá Gul, en una declaración que buscaba bajar la tensión entre ambos países.

“Cuando se piensa en la velocidad de los jets al volar sobre el mar, es frecuente que crucen varias veces las fronteras durante un pequeño lapso de tiempo”, dijo Gul citado por la agencia de prensa Anatolia.

“Son cosas que no son intencionales”, aseguró el presidente turco a la prensa durante una visita a Kayseri, en el centro de Turquía.

Ankara se puso en contacto con Siria por teléfono tras el incidente, indicó Gul.

En el plano político, un nuevo gobierno fue anunciado en Damasco, en el cual la vieja guardia fue mantenida, pero incluyendo por primera vez una cartera de “reconciliación nacional”, en momentos en que el régimen no reconoce la amplitud de la protesta y la asimila a “terrorismo”.

Ali Haidar, que dirige esa nueva cartera, y Qadri Jamil, nombrado en Comercio interior, son dos miembros de la oposición basada en Damasco, pero que no pide la destitución de Asad, como el Consejo Nacional Sirio, la principal formación de oposición que tiene su sede en el exterior.

Asad promulgó un decreto sobre la composición del nuevo gobierno, en el que los ministros de Exteriores, Walid Mualem, e Interior, Mohamed Ibrahim Al Shar, conservan sus cargos, según la televisión.

Las autoridades turcas seguían buscando este sábado, con ayuda de Siria, a los dos pilotos del caza desaparecidos frente a las costas de la provincia de Hatay (sur), indicó el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, que mantuvo una reunión de crisis en Ankara.

Turquía rompió sus relaciones con Asad a causa de la represión de la rebelión en Siria. Ambos países, con un frontera común de 900 kilómetros, habían sido aliados en el pasado, pero retiraron sus respectivos representantes diplomáticos en Ankara y Damasco.

El régimen de Asad reconoció este sábado haber derribado un caza turco en su espacio aéreo.

El incidente, el primero de este tipo tras el inicio de la revuelta contra el régimen sirio en marzo de 2011, complica las relaciones que ya son tensas entre los dos países vecinos, los cuales habían sido aliados.

Turquía, con 900 kilómetros de frontera común con Siria, tiene en su territorio campos de refugiados y de desertores sirios, como el jefe del Ejército Sirio Libre (ESL), Riad al Asaad. Damasco acusa a Turquía de armar a los rebeldes, lo que Ankara desmiente.

La revuelta contra el régimen de Asad se esta militarizando a medida que pasan los meses y ya costó la vida a más de 15.000 personas, en su mayoría civiles, según el OSDH.

En Siria, este sábado los enfrentamientos dejaron otros 48 muertos, en su mayoría civiles, la mayor parte por bombardeos en los bastiones rebeldes de la región de Homs (centro).

El viernes había sido otra jornada negra, en la que murieron 116 personas, según el OSDH.

El sábado, las muertes se produjeron en la región de Homs, sobre todo en la localidad de Quseir, así como en Hama, donde murieron dos civiles en una emboscada de las fuerzas regulares. Otras dos personas murieron por disparos de francotiradores en Deir Ezor.

Los enfrentamientos siguen impidiendo al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y a la Media Luna Roja entrar en Homs para evacuar a los civiles.