El árbitro Paolo Tagliavento tuvo que suspender durante unos 40 minutos el encuentro entre Génoa, del chileno Cristóbal Jorquera y el Siena cuando se llevaban jugados ocho minutos del segundo tiempo, después de que un centenar de hinchas locales invadiesen la tribuna situada sobre los vestuarios y lanzasen varias bengalas al terreno de juego, entre otros desmanes, lo que obligó a la intervención de la policía y de los propios jugadores.

La gota que colmó el vaso de los Tifosis fue que el técnico local, Alberto Malesani, decidió el ingreso de un defensor (Kaladze) por un delantero (Sculli) pese a la derrota 0-4 de su equipo, según destaca el sitio Ambito.com.

Después de algunos minutos y como la situación no se calmaba, el árbitro y los jugadores de Siena abandonaron el campo de juego sin problemas, mientras que los de Génoa permanecieron en el centro del campo.

El capitán Marco Rossi y Giuseppe Sculli intentaron calmar al grupo de aficionados, que en un primer momento pidieron a los jugadores de su equipo que se quitaran las camisetas y se las dieran a los hinchas porque “no las merecían”.

Los jugadores de Génoa llegaron incluso a quitarse las camisetas, aunque luego se las volvieron a poner y se vivieron momentos de angustia y tensión donde se pudo ver lágrimas en los rostros de Sculli y Giandomenico Mesto ante la situación que se estaba produciendo.

Los jugadores de Génoa lograron calmar los ánimos de los hinchas y Siena y el árbitro volvieron a la cancha y el encuentro se reanudó.

En el primer tiempo, Siena había dominado con los goles de Brienza (17 y 37), Destro (19) y Giorgi (47) y Génoa había desaparecido por completo.

Con este resultado, el conjunto donde se desempeña Jorquera queda al borde de la zona de descenso y por eso la bronca del grupo de ultras, mientras que el resto del estadio apareció dividido y muchos hinchas genoveses protestaron ante los altercados.

Al reiniciar el encuentro, los ultras que habían protestado dieron la espalda al campo para no ver el partido, que terminó sin incidentes y en medio de un increíble silencio.

Al acabar los 90 minutos, que terminaron con un 4-1 a favor de Siena en el marcador tras un gol en contra de De Grosso, algunos jugadores se quitaron la camiseta y la dejaron al costado de la cancha.

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