Preocupantes movimientos se traman en el seno de los bancos e instituciones financieras, los que fuera de toda fiscalización, podrían estar construyendo un nuevo escándalo, que al final deben pagar los chilenos.

Preocupan las inversiones, por ejemplo, del banquero Álvaro Saieh, donde se pone a ambos lados del mesón en el caso La Polar, al ser acreedor y deudor a la vez, con la adquisición de parte importante de la cuestionada empresa. La situación se repetiría con otras inversiones del empresario.

¿Son inversiones seguras? ¿A qué precio se transan? ¿Hay suficiente fiscalización? El llamado ‘modelo económico’ no soporta otro escándalo, que al final de cuentas deben asumir los ciudadanos.

El comentario es de Tomás Mosciatti:

http://youtu.be/ePyXrGKB3zo