Tras cinco horas de interrogatorio se inició este jueves oficialmente el proceso de extradición del ex juez argentino Otilio Romano, acusado de encubrir violaciones a los derechos humanos durante la dictadura trasandina.

El ex magistrado salió sin realizar declaraciones del despacho del Ministro de la Corte Suprema Adalís Oyarzún en compañía de su defensor, el abogado Claudio Feller. La diligencia continuará mañana en el Palacio de Tribunales de Justicia.

Romano es acusado por el juez argentino Walter Bento de no investigar 103 casos de desaparición forzada de personas, homicidios y torturas cometidos por agentes de seguridad de la dictadura de su país cuando el era Fiscal de la provincia de Mendoza.

El ex juez huyó desde Argentina en agosto pasado cuando debía presentarse ante los tribunales para enfrentar estos cargos.

A su llegada a Chile, Otilio Romano pidió al gobierno chileno asilo político, ya que acusa que los cargos en su contra son “una persecución y venganza de personeros de izquierda”.

En febrero pasado, cuando llegó oficialmente el pedido de extradición, el subrogante del juez Oyarzún, el ministro Sergio Muñoz decretó su arresto domiciliario nocturno, lo que semanas más tarde, fue ratificado por la Sala Penal del máximo tribunal del país.