La Congregación Misioneros de la Preciosa Sangre (CPPS) anunció este martes que procedió a “reincorporar plenamente” a Miguel Ángel Soto en sus funciones y servicio pastoral como párroco de la Parroquia San Sebastián de Purranque, luego que al no reunirse antecedentes, la Fiscalía de Río Negro, Región de los Lagos, decidiera no perseverar en la investigación contra el religioso por presunto abuso sexual.
A través de un comunicado se indicó que “con fecha 12 de agosto de 2011 y tan pronto tomamos conocimiento de la situación, comunicamos a la opinión pública que el padre Miguel Ángel Soto Macías, CPPS, párroco de la Parroquia San Sebastián de Purranque, había sido citado a prestar declaración ante la PDI de Osorno, en una investigación por presunto abuso sexual contra una persona”.
Asimismo la Congregación Misioneros de la Preciosa Sangre precisó que “el sacerdote durante todo este tiempo ha colaborado plenamente con la investigación y ha manifestado su absoluta inocencia respecto de los cargos que se le formularon”.
Igualmente sostiene que “además de su total colaboración con la investigación llevada por la Fiscalía, el Padre Miguel Ángel puso los antecedentes a disposición del Superior de su Congregación Religiosa, a quien corresponde la investigación previa en el ámbito eclesiástico, y del Obispo de Osorno”.
La CPPS aclaró que según se anunció en su oportunidad y a petición del propio Padre Miguel Ángel, mientras ha transcurrido la investigación, se han mantenido suspendidas sus funciones pastorales.
Además agrega que “con fecha 27 de marzo de 2012, en audiencia celebrada ante el Juzgado de Garantía de Río Negro, el Padre Miguel Ángel fue notificado de la determinación de la Fiscalía local, de no perseverar en la investigación, por no haberse reunido antecedente alguno en su contra que lo involucre en el delito investigado. Cabe señalar que el sacerdote nunca fue formalizado por la justicia y que, con el mérito de la resolución de la Fiscalía local, tampoco será acusado”.
Además se indica que “paralelamente, la autoridad competente de la Iglesia, siguiendo las disposiciones del Protocolo de la Conferencia Episcopal de Chile, ha llevado a cabo una investigación preliminar, cuyo resultado estableció, más allá de cualquier duda, la inexistencia de algún elemento que pudiere vincular al Padre Miguel Ángel con los hechos que se le imputaron”.