Una nueva especie de rana fue descubierta, para gran sorpresa de los científicos, en la ciudad de Nueva York y sus alrededores, anunció este miércoles la National Science Foundation (NSF), una agencia federal estadounidense.
Se trata de una nueva ‘rana leopardo’, que los científicos habían tomado durante años por una variedad ya conocida de esta especie -existen una docena- antes de rendirse a la evidencia. Su ADN y su croar son únicos.
Todavía no tiene nombre, pero los científicos han podido establecer las zonas en las que vive: primero en Manhattan y en algunos sitios alrededor. Y ahora en un perímetro limitado del que el estadio de los Yankees, en el Bronx, sería el centro.
Los biólogos descubren regularmente nuevas especies de rana en alejadas selvas tropicales, pero descubrir a esta en unos estanques y pantanos desde los que en ocasiones se puede ver la estatua de la Libertad es una sorpresa enorme, según los investigadores.
“Que una nueva especie haya pasado desapercibida en esa zona es increíble”, destacó Brad Shaffer, biólogo de UCLA, la universidad de California en Los Ángeles, y cuyas investigaciones son financiadas por la NSF.
Shaffer y otros científicos compararon el ADN de la nueva rana al de todas las demás ranas leopardo para establecer que se trataba de una nueva especie.
“Numerosos anfibios son difíciles de encontrar, pero estas ranas son bastante evidentes”, destacó. “Esto muestra que en la mayor ciudad de Estados Unidos todavía hay especies por descubrir”.
Los ejemplares fueron encontrados en el norte de Nueva Jersey, en el sureste de Nueva York y en Staten Island.
“Resulta fascinante en una zona tan urbanizada”, insistió Cathy Newman, especialista de la universidad de Luisiana, que detalló los resultados de las investigaciones en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution.
La nueva variedad se parece mucho al resto de ranas leopardo. Pero se distingue por su croar muy corto y repetitivo, que llamó la atención de un científico, Jeremy Feinberg, de la universidad Rutgers en Nueva Jersey.
“Cuando las escuché por primera vez era tan diferente, supe que había algo”, contó. Las pruebas de ADN lo confirmaron.