El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este viernes que llevará coca a Viena, sede de la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE) de la ONU, para defender junto a campesinos cocaleros el consumo legal de la hoja.

Morales hizo el anuncio en una conferencia de prensa en la localidad de Coroico, a 96 km de La Paz, una región cafetalera y frutícola, también centro de cultivo de coca.

“Vine aquí por la hoja de coca para llevar hasta Viena y mostrar la hoja de coca nuevamente y demostrar que esa hoja de coca no hace daño a la salud humana, sino más bien es una medicina”, manifestó el mandatario, antiguo líder de los sindicatos de cocaleros del Chapare, en el centro del país.

El gobernante se propone viajar a la sede de la JIFE el fin de semana “para defender el consumo legal de la hoja de coca en un foro internacional”, según anunció recientemente.

La hoja de coca se utiliza en Bolivia con fines medicinales en tés para atenuar el mal de altura o contrarrestar dolores de cabeza o estomacales, para hacer ritos aymaras y adivinación o para el ‘acullico’ o ‘pijcheo’, masticado para mitigar el hambre o el cansancio.

“Sabe el mundo que nunca va a acabar con el ‘pijcheo’”, dijo Morales que anticipó que hay países en la ONU dispuestos a apoyar la postura boliviana.

Morales viajará a Viena junto con dirigentes de los cocaleros que siembran en el país unas 31.000 hectáreas -según datos de las Naciones Unidas- de las que sólo 12.000 son legales y el resto aparentemente está destinado a la droga.

Bolivia abandonó en junio pasado la Convención de Viena de 1961 y anunció a principios de enero su retorno a la misma, aunque anticipó que pedirá a la JIFE que su adhesión sea con la reserva sobre el consumo de la coca.

La Convención obliga a los países firmantes a eliminar la práctica del mascado, pero Bolivia consideró en reiteradas oportunidades en el pasado que la exigencia es inatendible, pues la práctica es ancestral y muy arraigada en el país.