Puede parecer increíble que una persona -voluntariamente- estableciera que su última voluntad era ser abandonada en un desierto para ser devorado por los buitres, sin embargo este fue el deseo de un donante anónimo, cuyo arrojo permitió a los investigadores conocer la forma en que estas lúgubres aves consumen a una persona.

Aunque suene a masoquismo o a una película de terror, en realidad se trataba de un conocimiento fundamental: los científicos forenses requieren saber cómo el estado de un cuerpo es afectado por los animales, a fin de reconstituir mejor las condiciones de su muerte y si pudieron haber otras personas involucradas.

Así, un grupo de la Universidad Estatal de Texas en San Marcos, dejó el cadáver del donante a campo abierto, vigilado únicamente por un cámara que se activaría apenas presenciara movimiento a su alrededor.

Esto ocurrió 37 días después de abandonar el cadáver, cuando una bandada de 30 buitres negros norteamericanos (Coragyps atratus) descubrieron los restos. Para sorpresa de los científicos las aves sólo tardaron 5 horas en reducir el cuerpo a huesos, considerando que, bajo similares circunstancias, el cadáver de un cerdo tardó 24 horas en ser devorado.

“Los buitres batieron nuestros registros de forma significativa. Antes de nuestro estudio, si te encontrabas con un cadáver desarticulado en tan poco tiempo asumías que había sido desmembrado por un animal carnívoro, pero te intrigaba no encontrar ninguna marca de ataques”, señaló la investigadora Katherine Spradley a la revista New Scientist.

Adicionalmente, los investigadores se percataron de que los buitres esparcieron los remanentes del esqueleto durante un lapso de 15 semanas, en un patrón que fue registrado mediante dispositivos GPS, a fin de permitirle a los detectives basarse en él a la hora de desentrañar un crimen.

Y si te atrae colaborar con la ciencia forense… debes saber que el grupo de estudiosos busca otros cuerpos para realizar nuevas pruebas que permitan obtener resultados más concluyentes. “Necesitamos replicar esta experiencia piloto. Existen diferencias según la época del año y la temperatura ambiental que influyen en el comportamiento de los buitres”, sentenció Spradley.