Cancilleres de los países amazónicos se reúnen este martes en Manaos, Brasil, para revisar los planes de desarrollo y conservación de la mayor selva tropical del planeta, y discutir una propuesta común para la cumbre ambiental de la ONU en 2012.

Los cancilleres o delegados de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela, reunidos en el corazón de la selva brasileña, evaluarán los acuerdos suscritos para proteger la Amazonía ante problemas como la deforestación y el tráfico ilegal de madera y minerales.

Esa región cuenta con la selva tropical más grande del mundo y constituye una de las principales fuentes de agua dulce del planeta. Su preservación motivó, en 1978, la suscripción del Tratado de Cooperación Amazónica por parte de los ocho países que comparten la zona.

“La agenda de discusiones estará dominada por el Fondo de la Amazonía, creado en 2008, el reglamento para la navegación comercial en el río Amazonas y la discusión de una contribución común para el encuentro del año que viene en Rio de Janeiro”, dijo a la AFP una fuente diplomática brasileña.

Al encuentro asisten los cancilleres de Brasil, Antonio Patriota; Ecuador, Ricardo Patiño; de Surinam, Winston Lackin, de Venezuela, Nicolás Maduro, y enviados de los demás países miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

Desde Brasil, el país con mayor extensión de territorio amazónico, existe interés “en agilizar el proceso para implementar el Fondo de la Amazonía”, que prevé un esfuerzo conjunto de los países contra la deforestación de la selva, declaró el diplomático bajo anonimato.

Dicha iniciativa, que entre 2009 y 2011 recibió donaciones por casi 58 millones de dólares, lejos de los 1.000 millones que se fijó como meta inicial, tiene dentro de sus objetivos mejorar el rastreo satelital de la deforestación del bosque, y planes ambientales en las zonas fronterizas.

En 2010, la Amazonía brasileña perdió 7.000 km2 de selva, una cifra sensiblemente menor al pico histórico de 2003-2004, cuando superó los 27.700 km2 deforestados.

Entre las principales causas de la tala de selva amazónica están los incendios, el avance de la agricultura y la ganadería, y el tráfico ilegal de madera y minerales, según autoridades.

Ecuador, por su parte, alienta una innovadora propuesta contra el calentamiento global que plantea dejar sin explotar sus reservas de petróleo en la Amazonía, a cambio de una compensación internacional de 3.600 millones de dólares a lo largo de 12 años.

Con una área de unos siete millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía alberga unas 40.000 especies de plantas, millones de especies animales y unos 420 pueblos indígenas, 60 de los cuales viven en aislamiento.

En total, en la región habitan unos 38,7 millones de personas, que corresponden al 11% de la población de los países amazónicos, según información de la OTCA.

Las autoridades reunidas en Manaos también intentarán avanzar hacia una posición común para la cumbre de la ONU sobre medioambiente (Rio+20) que se realizará en junio del próximo año en Rio de Janeiro.

Rio+20 debatirá un modelo de economía verde para el planeta que no solamente tenga en cuenta el medioambiente, sino también la inclusión social y la erradicación de la pobreza.