La morosidad de los créditos concedidos por los bancos españoles, índice de su vulnerabilidad, alcanzó en septiembre su mayor nivel desde noviembre de 1994, según cifras del Banco de España publicadas este viernes, coincidiendo con la fuerte tensión que reina en los mercados.

Los créditos morosos, principalmente créditos inmobiliarios suceptibles de no ser devueltos, se elevaba a 128.080 millones de euros en septiembre, es decir, un 7,16% del total de los préstamos, frente al 7,14% en agosto y el 6,94% en julio.

Esta mala cifra llega cuando España vive desde hace algunos días un nuevo episodio de tensiones en los mercados financieros.

Una presión que llevó en la mañana del viernes su prima de riesgo (sobrecoste que el país debe pagar para tomar prestado a diez años respecto a Alemania, referencia de la zona euro) a un nuevo récord de 503,5 puntos.

El sector bancario español, fragilizado desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, es una de las fuentes de preocupación de los mercados sobre la salud financiera del país.

La tasa de morosidad, que sólo era del 3,37% a finales de 2008, se ha deteriorado mucho desde entonces, mientras el país entró en una recesión que duró 18 meses.

Para calmar a los mercados, España ha llevado a cabo un vasto plan de restructuración del sector y le impuso unos niveles de solvencia más elevados, pero los economistas consideran que esto no es suficiente.

Ya que, mientras la venta de viviendas sigue bajo mínimos, los activos inmobiliarios de los bancos pierden constantemente valor.

Habiendo prestado sin límite, tanto a promotores como a hogares, los bancos españoles tienen ahora 176.000 millones de euros en créditos problemáticos e inmuebles y terrenos intervenidos.