Un volumen total de 3,5 kilos generó la cosecha 2011 de trufas negras en los cinco predios que hay repartidos en las regiones del Maule, La Araucanía, Los Ríos y Metropolitana, gracias al apoyo del Ministerio de Agricultura, a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

Cabe señalar que algunas de estas plantaciones recién comenzaron a producir este año, siendo el volumen superior a la recolectada el 2010 —cuando se llegó a 2,4 kilos—, lo que permite proyectar el inicio de las primeras exportaciones hacia el 2013.

La actividad se enmarca en el proyecto “Desarrollo tecnológico y validación de la truficultura en Chile, como una nueva agroindustria de hongos comestibles para el mercado de exportación”.

Esta iniciativa permitió que Chile fuera el primer país de Sudamérica en cultivar esta especie, lo que abrió una nueva alternativa de negocio agrícola, ya que el producto alcanza altos valores en los mercados internacionales. En la cosecha 2010-2011, ha llegado a transarse —a nivel mundial— a un promedio de U$1.200 el kilo pagado a productor.

Este hongo, conocido como “el diamante negro de la gastronomía”, fue introducido a Chile gracias al proyecto cofinanciado por FIA. El trabajo departió en el 2002, con la Universidad Católica del Maule, buscando determinar si era posible cultivar trufas en Chile como una alternativa productiva y de exportación para los pequeños y medianos productores del sector silvoagropecuario de la zona centro-sur del país.

En esta fase se establecieron las primeras plantaciones —en las regiones del Maule, Los Lagos y Metropolitana— y se determinó que, por las condiciones agroclimáticas de Chile, era factible desarrollar este cultivo.

Ahora el proyecto está en su segunda etapa, bajo la conducción de Agrobiotruf S.A, que estableció un método estandarizado para evaluar y seleccionar los sitios óptimos para el desarrollo del cultivo, en base al análisis comparativo de los principales parámetros agroclimáticos de áreas truferas productivas en Europa, Nueva Zelanda y Australia.

Además, se desarrolló una técnica de adiestramiento para perros donde se probaron distintas razas con el objetivo de seleccionar las mejores, para rastrear las trufas que crecen bajo tierra.

Se estima que en el país hay unas 150 hectáreas de cultivo y la proyección es plantar 60 por año, de manera de generar una cantidad suficiente que permita exportar en el mediano plazo.