Japón anunció este martes un plan para comprar y quemar la carne bovina contaminada por la radiactividad de la central nuclear de Fukushima, con el fin de ganar la confianza de los consumidores.
Cerca de 3.000 ejemplares sospechosas de haber sido alimentadas con heno o con paja de arroz radiactivos, se han vendido y suministrado en el archipiélago desde la crisis generada por el sismo y el tsunami gigantes del 11 de marzo.
El ministro de Agricultura, Michihiko Kano, declaró que el operador de la central nuclear accidentada, Tokyo Electric Power (Tepco), tendrá que pagar la factura, que según la prensa podría ascender a unos 2.000 millones de yenes (17 millones de euros).
Según el plan elaborado por los poderes públicos, los industriales cárnicos van a comprar a mayoristas y minoristas todo bovino que tenga una tasa de cesio superior al límite de 500 becquereles/kg fijado por el Gobierno.
La sicosis hizo mella en los consumidores japoneses al descubrirse a principios de mes altos niveles de cesio radiactivo en la carne de vaca proveniente de una granja de Minamisoma, ciudad situada en el límite de la zona de exclusión de 20 km de radio alrededor de la central atómica.
Desde entonces, el escándalo del heno y la paja de arroz radiactivos se extendió a otras prefecturas donde los ganaderos vendieron su ganado sin saber que la carne puede estar contaminada.
El Gobierno japonés prohibió la semana pasada la venta de vaca proveniente de toda la prefectura de Fukushima.