Decenas de vecinos de un suburbio al sur de la capital guatemalteca, con los rostros cubiertos con pasamontañas y munidos de armas, machetes y palos, bloquearon los ingresos a una colonia para protestar por la ola de extorsiones.
“La medida se tomó por tanto robo y la delincuencia, pues la policía y las autoridades no ponen cartas en el asunto”, dijo un vecino presente en la movilización.
Los habitantes reaccionaron molestos debido a que el fin de semana varios de ellos recibieron cartas anónimas en las que les exigían el pago de una cuota mensual para evitar represalias contra familiares.
“Las cartas dicen que cada casa tiene que pagar 3.000 quetzales (unos 390 dólares) y los negocios 5.000 (unos 650 dólares), de lo contrario matarán a un miembro de la familia porque ya nos conocen y nos tienen controlados”, detalló un hombre con el rostro cubierto y con un arma de fuego en sus manos.
“En las cartas no se identifica ninguna mara (pandilla), solo hay un número de celular y un código, porque por medio del código saben la dirección de la casa o del negocio”, agregó el denunciante.
“El cobro es mensual, y como no estamos dispuestos a pagar nos reunimos y decidimos salir a prestar nuestra propia seguridad. Los que tenemos licencia de portar armas la cargamos para no infringir la ley, los otros vecinos usan palos y machetes”, aseveró.
Los vecinos mantenían desde el lunes cerrados los dos ingresos a la colonia Castañás, donde registran los vehículos y piden a los conductores mantener abiertos los vidrios como medida de seguridad.
La noche del lunes se turnaron para mantener la guardia, debido a que la medida se mantendrá “el tiempo que sea necesario”, dijeron varios de ellos.
Las mujeres también participan del movimiento y se encargan de preparar los alimentos para los celadores.
Guatemala tiene uno de los índices de violencia más altos de Latinoamérica, con un promedio de 18 muertos diarios.