El seleccionado de Perú, tras varios años de magros resultados, recuperó el protagonismo y alcanzó las semifinales de la Copa América-2011 con una solidez colectiva y una disciplina táctica y personal impulsadas por el entrenador uruguayo Sergio Markarián.

Tras un paso olvidable en las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica-2010, en las que el equipo inca finalizó último, con sólo tres victorias en 18 partidos, Markarián se hizo cargo de Perú, con la misión de mejorar el rendimiento y dejar atrás los escándalos por malas conductas dentro del plantel.

Markarián, de 66 años y con 35 temporadas como entrenador, ganó notoriedad en Perú como conductor de Universitario, al que llevó del último puesto al título en 1993, y luego dirigió a Sporting Cristal, campeón peruano en 1996 y que escaló un año después hasta la final de la Copa Libertadores.

Tras la última eliminatoria, Markarián desembarcó como DT del seleccionado de la banda roja, buscó el apoyo de los referentes del equipo, y supo convencer a sus dirigidos de la necesidad de adoptar una férrea aplicación en el aspecto táctico, y de involucrarse con actitud y compromiso en el seleccionado.

Con esos argumentos, y pese a las ausencias por lesión de Claudio Pizarro y Jefferson Farfán, Perú se presentó en la Copa América y superó la etapa de grupos, con un empate contra Uruguay (1-1), un triunfo sobre México (1-0) y una caída ante Chile (0-1) en el último minuto.

A la hora del análisis, consideró que “el futbolista peruano ha sufrido mucho y hay que hacerse fuerte con ese sufrimiento. Han sido muchos años de frustraciones, y esta generación de jugadores heredó un peso histórico de la que no es responsable. Pero hay que levantar ese peso”.

Para los cuartos de final, Markarián no dudó en mostrarse optimista, y aunque podía parecer temerario, dijo que “me veo en las semifinales”, a pesar de que Perú debía medirse con Colombia, uno de los equipos de mejor rendimiento en la etapa inicial de la Copa América.

El uruguayo se mostró confiado en la capacidad de sus hombres, y estos le respondieron con un gran triunfo por 2-0, en un duelo en el que Perú mostró espíritu de sacrificio para desactivar el esquema ofensivo rival, concentración al máximo durante 120 minutos, y determinación para ir en busca del éxito.

Juan Vargas, la gran figura ante Colombia, afirmó que “este grupo ha ido de menos a más, aún no hemos ganado nada y esta es una selección humilde. Tenemos que seguir trabajando con humildad y con los pies sobre la tierra”.

De su lado, Walter Vilchez explicó que “hemos entendido la idea que nos ha planteado el profe (Markarián). Trabajamos bastante la disciplina táctica y y los resultados nos han acompañado”, mientras que William Chiroque afirmó que “la confianza que nos da el ‘profe’ es extraordinaria”.

Así, después de 14 años, desde Bolivia-1997, Perú se dio el gusto de llegar a una semifinal de la Copa América, en la que se enfrentará con Uruguay, que dio otro impacto al eliminar en tanda de penales a Argentina.

Markarián remarcó que al equipo le venía muy bien, a modo de experiencia, estar entre los cuatro mejores de la Copa América, pero también destacó que su idea es “la conformación de un grupo. Esta Copa nos tiene que dejar 15 o 16 jugadores consolidados para empezar a pensar en un equipo competitivo”.

El objetivo final es conseguir la clasificación para el Mundial-2014, algo que Markarián, aferrado a algunos pasajes bíblicos en varias declaraciones, no dudó en reconocer como “la tierra prometida”.