Fueron 19 años de magia, de “diésel”, como se le conocia, de un poder dominante, de ver el juego en la zona pintada con otros ojos, y disfrutar de uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA, la liga más mediática y la más importante del mundo, pero por sobre todas las cosas, de maravillarse por lo que un hombre de semejante tamaño podía realizar dentro y fuera del campo de juego.

A los 39 años, Shaquille O’Neal anunció mediante la red social de Twitter su retiro de las canchas. Las lesiones de los últimos años en su peregrinaje por varios equipos, terminaron por sepultar al gigante de 2 metros 16 centímetros, y 147 kilos.

A continuación hacemos un rápido repaso de sus más destacados logros, de su carrera por la NBA, y también aquellos hechos fuera de la cancha que hicieron de O’Neal un jugador único.

Hablar de O’Neal significa de inmediato hablar de triunfos y grandeza, describiendo logros tras logros. 15 veces elegido para el juego de las estrellas de la NBA. El quinto jugador con más puntos en la historia de la liga, dejando su marca en 28.596 puntos. Sí, leyó bien, 28.596 puntos.

En tanto que en la lista de rebotes, Shaq se encuentra 12do con 13.099. Sin embargo, su debilidad siempre fueron los tiros libres, inclusive siendo “atacado” por un equipo, conociendo esa mala faceta en su juego, al realizarle gran cantidad de faltas, a fin que el gigante fuera a “la línea de los suspiros”.

Campeón en cuatro oportunidades, 3 con Los Ángeles Lakers y 1 con el Miami Heat, Shaquille O’Neal fue dinamita pura desde que ingresó a la liga, en 1992, siendo elegido en el puesto número 1 del draft de ese año por el Orlando Magic.

Allí destacó, pero sin brillar con el equipo. Alcanzaron una final en 1995, sin embargo cayeron ante los Houston Rockets. No obstante, el juego había pasado a un nuevo nivel, donde lo físico se imponía en la zona pintada.

Inclusive, como olvidar el día en que la furia de Shaq Attack destruyó un tablero marcador.

En 1996 O’Neal fue transferido a Los Ángeles Lakers, firmando un contrato de 7 años y 121 millones de dólares, sin embargo, su llegada no trajo triunfos de inmediato. Se pensó que debido a su ego, pero todo parece apuntar a que el técnico de los angelinos en ese entonces no logró sacar lo mejor de Shaq, pero todo cambiaría con la llegada del maestro Zen, también conocido como Phil Jackson.

Rearmando un equipo, Los Lakers entrarían en la historia en el año 1999, siendo el primer título de los tres consecutivos que consiguieron, en todos, con O’Neal como el jugador más valioso de las finales.

Y siempre demostrando que su poderío en la zona pintada era inigualable.

A pesar de los logros, la relación entre Shaq y la otra estrella del equipo, Kobe Bryant, no era de las mejores, produciéndose un quiebre que llevó a la salida de O’Neal.

En 2004 fue trasladado a Miami, a cambio de 3 jugadores y una selección de primera ronda del draft. Allí, reunido con la joven estrella Dwayne Wade, llevaron al conjunto de La Florida a su primer título en 2005.

En 2008, con su rendimiento en baja, debido principalmente a las lesiones que le afectaban, O’Neal es enviado a Phoenix, donde estuvo dos años, sin brillar mayormente, para luego ser transferido a Cleveland.

A pesar de estar con LeBron James, la edad y las lesiones fueron más y no permitieron a Shaq destacar, sin dudas que ya no era el de antes.

En la última temporada O’Neal se fue a Boston, en busca de un último anillo, sin embargo, las lesiones fueron más y permitieron que Shaq jugara solamente 37 partidos de la fase regular, de los 82. Y en playoffs, solo 2.

Pero no solo dentro de la cancha brilló, carismático como pocos, O’Neal se ganó el cariño de los aficionados del baloncesto a nivel mundial.

Cantando rap, bailando break dance, y haciendo jugadas poco comunes para su posición en la cancha.

Sin dudas un grande por donde se mire.

Se retiró un gigante, y su legado quedará en la historia del baloncesto.

Ahora sólo nos queda decir, ”Shaq Attack”, gracias por todo. ¡Game Over!