Cuando ocurren eventos de la naturaleza, hay que sacar lecciones. Y frente a la ola de mar que llegó a las costas de la Región del Bío-Bío desde Japón vale la pena revisar aquello que se hizo bien y lo que ayudó a contener la fuerza del mar en algunas comunas costeras de la zona.

Hay cosas que vale la pena destacar, como por ejemplo, obras interesantes que en su mérito entregaron tranquilidad a las comunidades y significaron un aporte a la hora de enfrentar un fenómeno que no puede en lo absoluto compararse con el 27 de febrero 2010, pero que quizá pudo tener distintas consecuencias si ciertas construcciones no se hubiesen hecho durante el año pasado.

Conoce los detalles en la crónica de Cristián Valdebenito: