Si bien el árbol de navidad es sinónimo de alegría y simboliza en parte el espíritu de las fiestas de fin de año, también puede evocar sentimientos negativos en aquellos que no celebran esta fecha o pertenecen a religiones no cristianas.

Hilde Vanstraelen en Stock.xchng

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Así lo concluyó el psicólogo Micahel Schmitt en compañía de sus colegas, quienes publicaron un estudio en la revista Journal of Experimental Social Psychology, donde afirman que “estas manifestaciones (árbol navideño) pueden hacer que las personas de determinadas culturas o creencias se sientan excluídas, algo a tener en cuenta en espacio sociales donde se valora el respeto a la diversidad cultural y religiosa, como los colegios o los lugares de trabajo”.

Para llegar a este resultado, pidieron a un grupo de voluntarios que rellenaran un cuestionario acerca de ellos mismos en una habitación con un típico árbol de Navidad.

Tras esto, se dieron cuenta que aquellos que no eran cristianos o no solían celebrar la Navidad y que estuvieron en la habitación decorada con el elemento propio de la fiesta, expresaron estados de ánimo más negativos, además de baja autoestima, inseguridad y sentimiento de exclusión. Sin embargo, aquellos que si festejaban la efeméride presentaron un ánimo más positivo en el mismo lugar, indica el estudio recogido por revista Muy Interesante.