La Unión Demócrata Independiente llamó a su socio Renovación Nacional a frenar los ataques de los que ha sido víctima en las últimas semanas la Intendenta de la Región del Bío-Bío.
La Moneda entró al ruedo en un tono conciliador y apeló a sentarse a conversar las diferencias que pudiesen haber entre las dos colectividades oficialistas.
La relación entre dirigentes de la UDI y RN en la Región del Bío-Bío se ha transformado en una bomba de tiempo. Incluso, el protagonismo en el conflicto ahora lo tienen los presidentes de cada partido.
Primero fue el timonel de Renovación Carlos Larraín, quien continuamente ha criticado a la intendente de la Región del Bío-Bío, Jacqueline Van Rysselberghe, militante de la UDI, al cuestionar su trabajo en la reconstrucción de la zonas afectadas por el terremoto.
Según consideran en RN, en las decisiones de Van Rysselberghe nunca se ha considerado a miembros de ese partido y argumentan que han sido marginados.
La tensión se agudiza porque la reacción se produjo en el gremialismo. Su presidente, el senador Juan Antonio Coloma, señaló que ellos siempre se han caracterizado por buscar el entendimiento y no el enfrentamiento.
El senador Jovino Novoa había dicho anteriormente que el problema de que RN no tenga una fuerza en esa región, no es algo de hoy en día, es un problema de hace muchos años, y no tiene nada que ver con la gestión que esté haciendo la Intendenta.
Ante este delicado momento, el Ejecutivo entró al conflicto. La vocera de Gobierno Ena Von Baer, reconoció que se pueden producir desencuentros, pero dijo que éstos se solucionan dialogando.
Una delicada situación –y tal vez la primera- que viven los dos partidos de Gobierno desde que el Presidente Piñera asumió el mandato del país.