El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Lula da Silva

Lula da Silva

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocEl Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamentaEl Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.El Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de iEl Mercosur celebra el viernes su cuadragésima Cumbre Presidencial, ampliada a presidentes de fuera del bloque que despedirán en su última cita internacional a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, y definirán nuevos pasos para seguir avanzando en la integración regional.

Será la última cumbre del Mercosur y estados asociados con la presencia de Lula, quien al mando de la mayor economía latinoamericana fue protagonista del grupo en los últimos ocho años.

El encuentro en la ciudad brasileña de Foz do Iguaçú (sur) también deberá servir como presentación en el bloque de la sucesora de Lula, la electa Dilma Rousseff, quien asumirá el 1 de enero y tendrá ahora la oportunidad de tratar personalmente a quienes serán sus interlocutores en los países vecinos.

Rousseff participará de una cena con los otros jefes de Estado y según la agenda oficial no estará presente en las reuniones previstas para el viernes.

Lula, a su vez, pasará la presidencia pro témpore del Mercosur a su par paraguayo, Fernando Lugo.

Sin embargo, más allá de la despedida de Lula y la bienvenida a Rousseff, el bloque deberá concentrarse en un punto de importancia fundamental para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.mportación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.l para su evolución: el Programa de Consolidación de la Unión Aduanera, para resolver asuntos que generan excepciones al Arancel Externo Común.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo el martes ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que “el cemento del Mercosur es la política comercial común”, y por ello el bloque tendrá en Foz do Iguaçú “una tarea de la mayor importancia, de consolidación de la Unión Aduanera”.

Además, Brasil presentará un plan de acción para el Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, un ambicioso proyecto a ser implementado en un plazo de 10 años que incluye desde libre tránsito de personas hasta un padrón único para documentos de identidad.

En ese escenario, los jefes de Estado de Argentina, Uruguay, Paraguay -los otros socios del bloque-, de países miembros externos del grupo como Chile y Bolivia, y los mandatarios de Guyana y Surinam, estarán presentes para despedir a uno de los promotores del impulso que en los últimos años cobró la cuestión aduanera y comercial en el seno del Mercado Común del Sur.

Para Amado Cervo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, el aporte más importante de Lula ha sido “la cordialidad en el trato con los vecinos” que “contribuyó para crear un clima de entendimiento político” y de esa forma “avanzó el proceso de integración regional”.

En ese sentido, el especialista mencionó el “bajo perfil” que mantuvo la diplomacia brasileña durante algunos conflictos comerciales con Bolivia, o con Ecuador, o las más sonadas divergencias comerciales con Argentina cuando la presidenta Cristina Kirchner impuso licencias previas de importación.

De su lado, Lytton Guimaraes, también profesor de la UNB, opinó que a pesar de los avances, en general al Mercosur le falta “una institucionalización más efectiva”.

Para Guimaraes, el proceso integracionista se ha visto “atado a personalidades”, y añadió que “con el paso del tiempo y cambios de personalidades políticas, esa integración puede alcanzarse”. El proceso de integración está “muy ideologizado” y “eso crea cierta dificultad”, dijo.

Precisamente en esta reunión, Brasil propondrá la creación del cargo de Alto Representante General del Mercosur, una suerte de secretario general coordinador del grupo.

Según el vocero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.ero presidencial brasileño, Marcelo Baumbach, “la creación de este cargo está en línea con la necesidad de fortalecer la estructura institucional”, del bloque.

De acuerdo con Baumbach, además de fortalecer la institucionalidad del grupo, el Alto Representante -designado por el Consejo del Mercado Común- sería un “facilitador de consensos”.

Lula dirá adios a sus socios del Mercosur y demás invitados en la que será su última cumbre a nivel internacional como presidente de Brasil.