Los presidentes de México, Colombia y de varios países centroamericanos reunidos en una cumbre del grupo de Tuxtla pidieron el martes “coherencia” a Estados Unidos en la política antidrogas, ante una “iniciativa local” que podría legalizar la marihuana en California.

“El llamado que hacemos los presidentes participantes en el mecanismo es de alerta y preocupación por la iniciativa local que busca legalizar la marihuana. Se refiere a una exigencia de coherencia y congruencia, en este caso de Estados Unidos, porque no se puede criminalizar y legalizar al mismo tiempo”, señaló el presidente mexicano Felipe Calderón.

Al presentar la declaración final suscrita por los 10 gobiernos miembros del mecanismo, Calderón enfatizó que el consumo de drogas en Estados Unidos “es la causa de los principales problemas de criminalidad” en países como México y Colombia.

El grupo de Tuxtla, reunido en el puerto de Cartagena, dijo a Estados Unidos que “no puede promover la criminalización de estas actividades en otros países y, al mismo tiempo, la legalización abierta o velada de la producción y consumo de drogas en sus propio territorio”.

Calderón cuestionó la eventual aprobación del referendo del 2 de noviembre en California, que autorizaría el cultivo, transporte y venta de marihuana.

“Mientras allá (Estados Unidos) están acomodando su legislación y no hacen nada, eso va a generar un incremento en la demanda de marihuana en nuestros países, lo que ya de por sí es otro problema. Es importante que las naciones consumidoras planteen una sola y coherente política antidrogas”, enfatizó.

A su turno el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aseguró que los gobiernos que firmaron la declaración no están “sugiriendo que se suspenda el referendo”.

“Cada país y cada estado tiene todo el derecho de poner en marcha mecanismos de participación democrática, en eso no nos estamos metiendo. Lo que hemos dicho es que si ese referendo se aprueba ello generará una discusión inmediata por las contradicciones que representa y que nos afectan”, afirmó.

Además de los presidentes de Colombia y México, a la cumbre asistieron los mandatarios de Guatemala, Álvaro Colom; y Panamá, Ricardo Martinelli. Además, los vicepresidentes de Nicaragua, Jaime Morales, y de República Dominicana, Rafael Alburquerque; y el canciller de El Salvador, Mauricio Funes.

Los gobernantes hicieron también “un llamado a las naciones consumidoras a ser congruentes y consistentes en el establecimiento y aplicación de políticas públicas” en la lucha contra el narcotráfico.

Horas antes la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, afirmó que el narcotráfico produce más muertes en Centroamérica que las guerras civiles de los años 80, e instó a sus colegas a aunar esfuerzos para combatir a las mafias transnacionales de la droga.

La presidenta propuso que los países de la región creen un “corredor de seguridad” para enfrentar el narcotráfico y aseveró: “debemos comenzar por fortalecer el intercambio de información y coordinar esfuerzos”.

Los gobernantes también se comprometieron a unir esfuerzos para combatir en sus países los efectos del cambio climático.

El Mecanismo de Tuxtla es un foro de concertación que busca articular esfuerzos de cooperación, desarrollo e integración en la región de Mesoamérica.

La agenda de la cumbre incluyó temas de medio ambiente, seguridad e integración regional, así como desastres naturales, transporte, energías renovables, desarrollo social, integración energética y telecomunicaciones.

A la cumbre asistieron, además, los presidentes Álvaro Colom (Guatemala), Ricardo Martinelli (Panamá) y Porfirio Lobo (Honduras), más los vicepresidentes Jaime Morales (Nicaragua) y Rafael Alburquerque (República Dominicana) y el canciller de El Salvador, Mauricio Funes.