Oceanógrafos encontraron en las profundidades del Golfo de México una enorme estela de hidrocarburos procedente del pozo averiado que era operado por la petrolera británica BP, y confirmó la existencia de esta masa de crudo que hasta ahora había sido imperceptible.

Imagen: elsuralavista.com

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“En junio detectamos la estela que se desplazaba lentamente (0,27 km por hora) al sudoeste del lugar donde se encontraba la plataforma que explotó”, precisó Richard Camilli, jefe de la expedición científica.

Camilli -uno de los responsables de Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), una de los mayores instituciones privadas sin fines de lucro del mundo dedicada al estudio oceanográfico- es el principal autor de este estudio, publicado en la revista estadounidense Science.

“No sólo demostramos que existe una estela de petróleo en el Golfo de México, sino que además determinamos su origen y composición”, destacó el experto, recordando la polémica en torno a la existencia o no de esta mancha.

“Hasta ahora esta estela era considerada teórica”, agregó Camilli, quien precisa que la misma no está formada de “petróleo puro”, sino de numerosos componentes petrolíferos.

Los análisis cromatográficos de las muestras confirman la presencia de bencina, tolueno (un diluyente), etilbenceno y xileno.

También pudieron establecer que este petróleo procede del derrame ocurrido tras la explosión de la plataforma de BP Deepwater Horizon el 20 de abril, y no rezuma por causas naturales.

La fuga del pozo, a 1.500 metros de profundidad, fue detenida a mediados de julio luego de que 4,9 millones de barriles de crudo, equivalentes a unos 780 millones de litros, se vertieran en el océano. Pero la mayor parte de ese petróleo, sorprendentemente, no se podía encontrar.

La estela se extiende sobre al menos 35 km a más de 900 metros de profundidad, mide 1,9 km de ancho y tiene casi 200 metros de alto, según estimaron los oceanógrafos en esta expedición científica conducida del 19 al 28 de junio a bordo de un barco especialmente equipado.

Los investigadores observaron que la biodegradación de este petróleo estaba en curso gracias a los microbios que viven en las profundidades del mar, pero que este proceso es relativamente lento.

Dada la extensión de la masa de esta “nube” submarina de hidrocarburos y residuos, ésta podría “subsistir en el océano mucho más tiempo de lo que se pensaba”, según los autores.

“Muchos expertos consideraban que los hidrocarburos bajo la superficie se degradarían rápidamente, pero esto no es lo que observamos”, dijo Richard Camilli.

No se sabe aún qué tan importante puede ser el riesgo que representa esta estela submarina de petróleo para el ecosistema oceánico, porque “no hemos determinado su toxicidad”, explica Christopher Reddy, un geoquímico marino del equipo de investigación.

El anuncio del descubrimiento de esta estela ocurre en medio de una polémica sobre el destino que ha tenido el petróleo derramado.

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