El jefe del Estado Mayor iraquí advirtió este miércoles que la retirada total del ejército estadounidense a finales de 2011 era prematura porque sus fuerzas no están en condiciones de garantizar plenamente la seguridad del país antes de 2020.

“A esta altura, la retirada se desarrolla muy bien, porque los norteamericanos siguen estando aquí, pero el problema será diferente después de 2011″, declaró a la AFP el general Babaker Zebari, al margen de la conferencia en el Ministerio de Defensa en Bagdad sobre el estado de preparación del ejército.

El ejército estadounidense, que cuenta con 64.000 soldados en Irak, finalizará oficialmente su misión de combate el 31 de agosto.

Los 50.000 militares norteamericanos que queden deberán abandonar el país a finales de 2011 en virtud de un acuerdo concluido por ambos países en noviembre de 2008.

“Los políticos deben encontrar la manera de llenar el vacío después de 2011, porque la formación del ejército sólo terminará en 2020″, consideró el general Zebari.

“Si me preguntan acerca de la retirada, responderé a los políticos que el ejército estadounidense debe quedarse hasta que el ejército iraquí esté listo en 2020″, dijo.

Esta es la primera vez que un jefe del ejército iraquí pide a los norteamericanos que se queden más allá de la fecha convenida entre Washington y Bagdad en un país al que invadieron en 2003 para derrocar al ex presidente Saddam Hussein.

Por su lado, los dirigentes estadounidenses siempre afirmaron que respetarían el calendario de retirada gradual fijado por el presidente Barack Obama.

Este mismo miércoles, tras una reunión entre Obama y responsables sobre la situación en Irak, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que Estados Unidos finalizará su misión de combate en Irak “en los plazos previstos, hacia fin de mes”.

“Estamos dentro de los plazos previstos para finalizar nuestra misión de combate” en Irak, el 31 de agosto, declaró Gibbs en rueda de prensa.

Las declaraciones de Zebari, que reflejan la preocupación de la jerarquía militar ante la inseguridad persistente en Irak, ocurrieron unas horas después de una meticulosa emboscada tendida por hombres armados a militares iraquíes al noreste de Bagdad, en la que ocho soldados murieron.

El ejército iraquí fue considerado otrora como uno de los más fuerte de Oriente Medio en la década de los noventa, cuando los países occidentales armaban a Irak, en guerra contra su vecino Irán.

Pero su potencia de fuego bajó de manera considerable durante la década siguiente, a raíz de la Guerra del Golfo, el desarme que le fue impuesto tras ese conflicto y las sanciones internacionales.

El ex ejército iraquí, que contaba con 450.000 militares en 2003, fue disuelto por el procónsul estadounidense Paul Bremer poco después de la caída de Saddam Hussein ese mismo año. En esa época, el responsable norteamericano consideraba que un ejército iraquí con 40.000 soldados sería suficiente.

Su efectivo actual se acerca a 200.000 soldados.