La ruptura de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela activó los mecanismos regionales de resolución de conflictos, con la reacción de varios gobiernos y el anuncio de mediación del bloque Unasur, que ya convocó una cita de cancilleres para abordar la crisis.

Un día después que Venezuela rompió relaciones con Colombia, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) anunció el viernes que su secretario general, el ex presidente argentino Néstor Kirchner, se reunirá el 5 de agosto en Caracas con el presidente Hugo Chávez y luego en Bogotá con el saliente mandatario Álvaro Uribe y el electo Juan Manuel Santos.

Kirchner se reunirá antes con Santos en Buenos Aires, el próximo lunes 26 de julio, para abordar el tema de la crisis, informaron en Argentina fuentes próximas al secretario general de la Unasur.

El mismo jueves el gobierno venezolano solicitó a Ecuador –que ocupa la presidencia pro témpore de Unasur– una cumbre “de emergencia” que reuniera a los cancilleres de la región, la que finalmente fue convocada para el próximo jueves en Quito.

“La agenda propuesta abordará como puntos principales la ruptura de relaciones entre Venezuela y Colombia, y la adopción de mecanismos que posibiliten el fortalecimiento del diálogo y la paz en la región”, señaló este sábado un comunicado de la Cancillería ecuatoriana.

De acuerdo con los especialistas, la mediación en esta crisis es una oportunidad del bloque para fortalecerse.

Según el analista de asuntos internacionales Félix Arellano, la “Unasur se suma un punto con la mediación, porque es una institución eminentemente política y su labor debe ser precisamente promover el diálogo”.

“La mediación será un gran reto para el secretario general Néstor Kirchner, que tiene en sus manos la gran oportunidad no sólo de fortalecer al bloque sino de limpiar el descrédito que ha caracterizado a su gestión desde un principio, cuando incluso se llegó a vetar su postulación”, apuntó.

Además de la Unasur, también alzaron sus voces varios gobernantes de la región. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, llamó a Chávez el jueves para mostrar su preocupación por la crisis, acordando que continuarán la discusión sobre el tema cuando visite Caracas el próximo 6 de agosto.

El mandatario dominicano Leonel Fernández dijo estar dispuesto a contribuir en el restablecimiento de los lazos entre Bogotá y Caracas.

Además, el presidente de Ecuador Rafael Correa había ofrecido sus buenos oficios, mientras que el gobierno de Bolivia abogó “para que en el ámbito de Unasur se pueda dialogar a profundidad sobre el conflicto desatado entre los dos países hermanos”.

De esta manera, señalan analistas, estas iniciativas individuales terminarán confluyendo alrededor del bloque regional.

“Tras la iniciativa de mediación de Unasur obviamente está la mano de Brasil, que puede ayudar a que el resultado sea más positivo”, señaló Arellano a la AFP.

La internacionalista Elsa Cardozo, sin embargo, destaca que la estrategia de la Unasur apunta a promover el “descrédito de la OEA”.

El jueves, Ecuador responsabilizó al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, de la ruptura diplomática entre Caracas y Bogotá al no evitar la cita en la que Colombia insistió en sus denuncias sobre la presencia de guerrilleros en Venezuela.

Insulza negó tener responsabilidad en el conflicto y aseguró que no pudo postergar la reunión.

Chávez, por su parte, aseguró el viernes que su país no se quedará “de brazos cruzados” en caso de un ataque armado por parte de Colombia.

“No podemos subestimar lo que está ocurriendo”, comentó Chávez, quien sin embargo matizó con que “lo último que pudiera ocurrir acá sería una guerra”.

Chávez es un firme opositor a Estados Unidos en la región. Hace un año, ya había congelado las relaciones con Colombia a raíz de un acuerdo de cooperación militar entre Bogotá y Washington.

El gobierno colombiano, por su parte, llamó el sábado a otros países -aunque sin nombrar ninguno- a combatir “el terrorismo” más allá de la retórica.

“Se dieron unas señales en política exterior (en los ocho años de mandato de Uribe) para decir: ‘pasemos de la retórica a los hechos, no basta con que nos den palmaditas de pésame, (sino) que todos tenemos que comprometernos a combatir el terrorismo’”, dijo Uribe en un acto con sus ministros.