La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) manifestó el miércoles su oposición a la prohibición del uso del velo integral, cuando Bélgica se dispone a votar una ley en este sentido el jueves y que Francia prevé seguir el mismo camino.

“Prohibiciones de este tipo crean una situación en la que todo el mundo pierde”, declaró en un comunicado Judith Sunderland, investigadora de Human Rights Watch.

“Suponen una violación de los derechos de las que han escogido llevarlo y no ayudan en nada a las que están obligadas a hacerlo”, añade Sunderland.

Los diputados belgas se disponen a votar el jueves en sesión plenaria la prohibición total de toda prenda que cubra la totalidad del rostro salvo los ojos, una medida dirigida, aunque sin nombrarlo, al velo integral islámico, como el burka o el niqab.

La propuesta de ley belga, aprobada ya por unanimidad el 31 de marzo por la comisión parlamentaria del Interior, extiende la prohibición al conjunto del espacio público, incluida la calle, las tiendas y los edificios públicos.

Sus promotores la presentan como una medida destinada a la emancipación de las mujeres y a garantizar la seguridad en el espacio público, donde cada persona debe poder ser reconocida. Los liberales francófonos, al origen de la propuesta, también la ven como un “mensaje fuerte dirigido a los islamistas”.

El gobierno francés anunció por su parte el miércoles que presentará en mayo un proyecto de ley de prohibición del uso del velo integral en el conjunto del espacio público.

Para Human Rights Watch, no existe ninguna prueba de que el uso del velo integral suponga una amenaza para la seguridad pública.

El veto total es también “incompatible con la Convención Europea de defensa de los derechos humanos” y posiblemente también con la legislación de la UE en contra de las discriminaciones, según Sunderland.