La idea de un Fondo Monetario Europeo para los países de la Eurozona en dificultades avanza gracias a la crisis financiera griega, que puso en evidencia las lagunas de la unión monetaria, a pesar de que algunos de sus miembros están aún divididos sobre su finalidad exacta.

“La Comisión (Europea) está lista para proponer un instrumento europeo de ese tipo que tiene el apoyo de los miembros de la zona euro”, indicó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, en una entrevista publicada el lunes por el diario alemán Times Deutschland.

Su portavoz Amadeu Altafaj Tardio precisó que Bruselas quería avanzar rápidamente con la idea.

El martes mismo, Rehn tiene previsto “informar” a todos los miembros del ejecutivo europeo de “las discusiones en curso” sobre el tema, de cara a próximas propuestas más amplias destinadas a coordinar mejor las políticas en el seno de la Eurozona, dijo el vocero.

La crisis presupuestaria de Grecia, seguida de la revelación de un déficit público mucho más importante de lo previsto, abrió un debate sobre la necesidad de la zona euro –integrada por 16 países de la Unión Europea (UE)– de dotarse de un mecanismo de ayuda financiera.

Esta posibilidad constituiría una revolución para la unión económica y monetaria lanzada en 1999.

Hasta el momento, y en forma paradójica, sólo los países de la UE no miembros de la zona euro podían recibir préstamos de emergencia, tal como se vio durante la crisis con Letonia, Hungría y Rumania.

Un mecanismo de ese tipo no estaba previsto en la Eurozona a raíz del bloqueo de Alemania, que veía en esa posibilidad un aliento al laxismo presupuestario en los países que utilizan la moneda única.

Sin embargo, la crisis griega cambió la situación.

“Para la estabilidad de la zona euro, necesitamos una institución que disponga de las experiencias del FMI (Fondo Monetario Internacional) y de poderes de intervención similares”, afirmó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

Schäuble tiene pensado hacer propuestas “próximamente” en sintonía con Francia, señaló el lunes su portavoz.

“Una unión monetaria debe ser capaz de superar las crisis por sí misma”, ya que pedir ayuda al exterior es “una señal de debilitamiento de este espacio”, argumentó.

Queda por saber el modo preciso de funcionamiento de este fondo, una cuestión que promete un debate animado entre los países europeos.

Los préstamos del fondo europeo tendrán como contrapartida “condiciones estrictas” a respetar, como ahorros presupuestario o a veces reformas impopulares, tal como pide el FMI, advirtió Olli Rehn.

Los alemanes insisten mucho en ese aspecto.

Según el diario Financial Times Deutschland, Berlín querría incluso reforzar el arsenal de sanciones contra los países de la zona euro demasiado flexibles en el área presupuestaria: supresión de subvenciones europeas y suspensión durante al menos un año de los derechos de voto durante las reuniones ministeriales de la UE.