Pakistán cerró este miércoles todas sus escuelas frente al temor de nuevos ataques, después de dos atentados suicidas perpetrados la víspera en la universidad islámica de Islamabad, y cuando la ofensiva contra los islamistas de Waziristán del Sur parece podría durar más de lo previsto.

Fuente: Agencia AFP

Millones de alumnos y estudiantes se quedarán sin clases esta semana, luego que el gobierno federal, las regiones, las asociaciones de escuelas privadas y militares anunciaran sucesivamente que cerraban sus puertas.

“Hemos decidido el cierre de los establecimientos dependientes del gobierno federal debido a las amenazas recibidas en los últimos días”, declaró a la AFP el portavoz del ministerio de la Educación, Atiqhe Rehman.

El vocero además agregó que “los 4 gobiernos provinciales tomaron la misma decisión. La casi totalidad de las escuelas del país están cerradas. Vamos a continuar evaluando la situación y esperamos una reapertura el lunes”.

Paralelamente, se iniciaron conversaciones sobre las medidas de seguridad a largo plazo en los establecimientos escolares, según el ministerio del Interior.

“Vivimos bajo amenaza constante, la educación de nuestros hijos es la que sufre. Si pueden atacar la universidad islámica, pueden atacar en todas partes”, comentó inquieto Muhammad Irfan, padre de un menor de cinco años.

El atentado contra la universidad internacional islámica constituye el séptimo ataque mayor en quince días en Pakistán, que han dejado 185 muertos.

Cinco personas y los dos kamikazes murieron en dos atentados suicidas casi simultáneos en la universidad, uno en la facultad de derecho islámico y el otro en una cafetería de los estudiantes.

“Estamos en guerra”, reconoció el martes el ministro del Interior, Rehman Malik, apuntando a los talibanes de Waziristán del Sur, en el quinto día de la ofensiva militar.

El terreno, de acceso difícil, la presencia de minas y los encarnizados combates frenaron el avance de las tropas paquistaníes en Waziristán del Sur, que el miércoles entraron en el quinto día de su ofensiva terrestre frente a los combatientes islamistas.

“La ofensiva podría durar más tiempo de lo previsto. Sobre todo debido a la naturaleza del terreno: difícil, accidentado, montañoso. Los soldados avanzan lentamente y consolidan progresivamente sus posiciones”, estimó un responsable militar que pidió mantener el anonimato.

Unos 25.000 militares participan en tierra en esta operación, según los oficiales. Enfrentan, según diversos expertos, a unos 10.000 talibanes paquistaníes, apoyados por un número indeterminado de combatientes extranjeros vinculados a Al Qaida.

Desde 2002, el ejército paquistaní ha perdido más de 2.000 soldados en esos combates contra los islamistas en las zonas tribales fronterizas con Afganistán y en el noroeste del país, sin conseguir resultados duraderos en la región.