Al igual que los problemas de mala alimentación de los humanos, las orcas y focas de la costa oeste canadiense sufren de una creciente obesidad que pone en peligro su salud, producto del calentamiento global y la contaminación.

Fuente: Agencia AFP

Estos grandes animales sufren la malnutrición de los salmones “chinooks”, su plato favorito, según las conclusiones de investigadores canadienses presentadas en Québec en el 18º Congreso bienal internacional sobre la biología de los mamíferos marinos.

El régimen alimentario de esta especie de salmón, también llamado “salmón real”, se ha visto desordenado por el aumento de la temperatura del Océano Pacífico así como por la contaminación química de las aguas, explicó el biólogo Peter Ross, que dirigió el estudio.

Esto generó una modificación del metabolismo de sus predadores, cuyo apetito se multiplicó, con el riesgo de consumir cada vez más productos nefastos.

Constatando en 2000 que las orcas del estrecho de Georgia, en la costa de Vancouver, estaban 6 veces más contaminadas con BPC (bifenilos policlorados, familia de productos químicos muy nocivos y que se degradan difícilmente) de lo normal, el equipo del biólogo Peter Ross decidió investigar.

El origen de este fenómeno es la caída de la tasa de materia grasa en los salmones, “ciertamente debido al clima ya que está establecido que este pez tiene menos lípidos cuando está el fenómeno de El Niño o el océano se calienta”, indicó Ross.

Los salmones representan el 92% de la alimentación de las orcas. Y para paliar esta carencia de grasa, focas y orcas se pusieron a consumir entre 1,5 y 2 veces más salmones de lo habitual. De esta forma, consumen una mayor concentración de productos químicos.

Esto tiene como consecuencia una modificación del metabolismo de los mamíferos marinos y los hace comer más, ya que una mayor exposición a los BPC estimula la glándula tiroides, que controla el apetito.

Según Ross, los BPC consumidos por los salmones “chinooks”, que remontan todos los años los ríos de la provincia canadiense de Columbia Británica para reproducirse, provienen tanto de California (oeste de Estados Unidos), en el sur, como de las industrias situadas en las costas asiáticas, en la costa oeste del océano Pacífico.

Recordando que las orcas en la costa de Vancouver ya están clasificadas como especie en peligro, al biólogo canadiense le preocupa que este aumento del apetito genera un sobre consumo de productos nocivos.

Organizado por la Society for Marine Mammalogy, el Congreso se desarrolló en la capital de Quebec y reunió a más de 1.500 científicos de todo el mundo.