Al menos 49 personas murieron hoy en un atentado suicida con coche bomba perpetrado en un mercado abarrotado de Peshawar, ciudad del noroeste de Pakistán que se ha convertido en blanco frecuente de los ataques de los talibanes y de Al Qaida.

Fuente: Agencia AFP

“49 cadáveres fueron traídos al hospital, 3 de ellos son mujeres y 7 son niños”, informó el doctor Zafar Iqbal, responsable del principal hospital de la ciudad, el Lady Reading Hospital.

“Todos los muertos son civiles; sólo 2 policías resultaron heridos en la explosión”, agregó, precisando que 108 heridos estaban siendo tratados en el hospital.

El atentado fue perpetrado en el concurrido bazar de Khyber, principal mercado de la capital de la Provincia de la Frontera Noroeste, anunció a los periodistas el ministro provincial de Salud, Zahir Ali Shah.

“Fue un atentado suicida”, precisó Shafqat Malik, jefe de la unidad de artificieros de la policía de Peshawar.

En el lugar del atentado, los cadáveres ennegrecidos de las víctimas yacían en el suelo, mientras los sobrevivientes intentaban desesperadamente sacar a las personas atrapadas en el interior de un autobús que quedó tumbado. Varios automóviles ardían y al menos 12 comercios quedaron totalmente destruidos. Este es el sexto atentado perpetrado en Peshawar en los últimos cuatro meses.

Presionado por Estados Unidos, el ejército de Pakistán lanzó recientemente vastas ofensivas contra los talibanes paquistaníes y sus aliados extranjeros de la red islamista Al Qaida en esta región situada en la frontera con Afganistán. Como respuesta, los talibanes amenazaron con intensificar sus ataques.

El Movimiento de los Talibanes Paquistaníes (TTP), vinculado a Al Qaida, es el principal responsable de esta ola de atentados que ha dejado cerca de 2.150 muertos en Pakistán en poco menos de 2 años.

El lunes, en un video difundido pocas horas después de un atentado suicida contra la ONU que dejó 5 muertos en Islamabad, el nuevo jefe del TTP, Hakimulá Mehsud, prometió “castigar severamente (…) a Norteamérica y a Pakistán” para vengar la muerte de su predecesor, Baitulá Mehsud, al que un misil estadounidense mató el 5 de agosto.

El martes el portavoz del TTP, Azam Tariq, amenazó con intensificar los atentados contra aquellos que “trabajan por los intereses estadounidenses”. “Hemos enviado a más kamikazes a todo el país y les hemos asignado objetivos”, afirmó.

“Pakistán nos amenaza con una ofensiva militar, también nosotros nos reservamos el derecho de responder de forma apropiada”, afirmó el portavoz talibán.

Esta intensificación de la violencia tiene lugar en un momento en que la administración estadounidense de Barack Obama lleva a cabo una vasta revisión de su estrategia en Afganistán, ocho años después de la intervención militar que expulsó a los talibanes del poder en Kabul tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 perpetrados por sus aliados de Al Qaida.

El presidente estadounidense debe decidir en las próximas semanas si accede o no a la petición de refuerzos de su comandante en Afganistán, el general Stanley McChrystal, que pidió hasta 40.000 soldados adicionales pese a la creciente oposición de la opinión pública norteamericana.

En cualquier caso, los colaboradores de Obama dejaron claro que la nueva estrategia tendrá muy en cuenta a Pakistán, donde los estadounidense multiplican los ataques con misiles contra los talibanes.

El portavoz de Obama, Robert Gibbs, subrayó que “la mayor parte, si no todos” los miembros de Al Qaida que querían atentar contra Estados Unidos están actualmente en Pakistán.