Son cerca de 90 los trabajadores de la Planta de Celulosa Nueva Aldea de Celco que desde hace 4 años deben vivir con la incertidumbre de no saber en que momento podrían desarrollar alguna afección, derivada de la emisión de iridio a la que estuvieron expuestos, luego de que, ingenuamente, uno de ellos manipulara un isótopo del peligroso elemento.

No obstante esto, la mayoría aún no presenta mayores complicaciones físicas, pero aseguran que el daño sicológico y económico es irreparable.

Pero los trabajadores creen que no es sólo Celco quien debe asumir la totalidad de las reparaciones si no que también la empresa contratista Etcheverrya Izquierdo, en la que los trabajadores laboraban en la ampliación del complejo industrial y reconocieron que lo único que se está haciendo es dilatar la situación.

José Muñoz, vocero de los trabajadores, indicó que no descartan la presentación de recursos en cortes internacionales, además de los escritos que dentro de los próximos días serán presentados en los tribunales del país.

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