Cada temporada, más de 150.000 personas se dirigen a las famosas columnas de granito que dan nombre al Parque Nacional Torres del Paine. Estos deben atravesar un sendero que se extiende por cerca de 10 kilómetros, que también es utilizado por caballos para diversas labores de suministro a los refugios cercanos.
Sin embargo, el tráfico constante, la falta de diseño adecuado y condiciones climáticas particulares de la región, han afectado la ruta produciendo erosiones en esta. Como respuesta, una iniciativa está trabajando en su reconstrucción, buscando preservar la integridad de su ecosistema.
Durante la primera semana de noviembre de 2023, llegó la primera de dos cuadrillas de trabajadores, conocidos como trail builders, con mecánicos, soldadores e ingenieros experimentados en la construcción de distintos tipos de circuitos, incluyendo ciclovías y senderos.
Qué contempla esta etapa de reconstrucción del Parque Nacional Torres del Paine
La primera fase del proyecto -impulsado por Las Torres Patagonia en conjunto con la organización ambiental AMA Torres del Paine y la ONG estadounidense de recuperación de ecosistemas ConservationVIP- apunta a remover toda la materia vegetal presente en el sendero.
Lo anterior busca adaptar el espacio utilizando técnicas sostenibles que reduzcan los efectos de la erosión, estancamiento de agua y otras consideraciones ambientales, alineado bajo un estricto plan de manejo.
En esa línea, el director de ConservationVIP, Garry Oye, explicó que para que un sendero sea sostenible responde a la ingeniería que se utiliza para trabajar la ruta. “Por ejemplo, un ángulo menos pronunciado permite que las pisadas en el sendero ejerzan menos presión, lo que también va acompañado de cómo el agua de las lluvias también puede desembocar lejos del sendero, permitiendo que la erosión se reduzca a sus niveles mínimos”a.
Estas faenas no bloquearán el acceso a Base Torres para los visitantes, y que mientras se realicen todos los trabajos correspondientes en el sendero, ningún turista quedará imposibilitado de acceder al mirador que da a la octava maravilla del mundo.
