El activista de Greenpeace que el martes por la noche casi se estrelló en la grada, antes del comienzo del Francia – Alemania de la Eurocopa en Múnich, solo quería en principio “sobrevolar” el estadio, afirmó la organización ecologista.
El piloto del aparato ultraligero “tenía que sobrevolar el estadio y dejar caer un balón de látex” con el mensaje Kick out Oil (fuera el petróleo en inglés), según un vocero.
“Dificultades técnicas le obligaron a aterrizar en el estadio”, según un comunicado publicado en la página web de la asociación.
Dos hombres resultaron heridos, fueron atendidos por los servicios médicos del estadio y trasladados al hospital “para ser examinados”, según la policía de Múnich.
El activista, un hombre de 38 años residente en la región alemana de Baden-Wurtemberg, en el sudoeste de Alemania, salió ileso del aterrizaje antes de ser detenido.
Por este caso se abrió una investigación por “varios delitos”, tanto de derecho penal como de la legislación sobre transporte aéreo, que limita estrictamente las posibilidades de sobrevuelo, indicó la policía en un comunicado.
La UEFA condenó este “acto insensato” y la Federación Alemana de Fútbol (DFB) tildó la acción de “inaceptable”.
“Lamentamos que la acción de protesta no haya salido como estaba prevista” y “lamentamos que se haya puesto en peligro a personas que resultaron heridas”, añadió el portavoz de la ONG.
Mensaje contra Volkswagen
El mensaje de Greenpeace se dirigía al constructor alemán de automóviles Volkswagen.
La compañía es uno de los patrocinadores de la Eurocopa organizada este año en un formato inédito, con once ciudades sede repartidas en once países.
“Nuestra petición: dejen de vender vehículos diésel y combustible perjudiciales para el clima”, tuiteó poco después del incidente la organización en su cuenta alemana.
El martes por la noche, la UEFA defendió su política en materia medioambiental, afirmando estar “plenamente comprometida para hacer de esta Eurocopa un torneo sostenible”.