La justicia guatemalteca aprobó este viernes el divorcio del presidente Álvaro Colom y su esposa Sandra Torres, lo que allanó la vía a la candidatura presidencial de la ahora ex primera dama en los comicios de septiembre.

“Están legalmente divorciados”, informó en rueda de prensa la titular del Juzgado Segundo de Familia, Mildred Roca, que tramitó la solicitud.

La demanda de divorcio de mutuo acuerdo de Colom y Torres, quien maneja los estratégicos planes sociales del gobierno, desató una oleada de críticas de sectores sociales, políticos y religiosos, y acaparó las discusiones en las redes sociales las últimas dos semanas.

Quince recursos judiciales intentaron bloquear el divorcio del mandatario socialdemócrata y su esposa, pero todos fueron rechazados.

El divorcio fue solicitado por la pareja con el propósito de que Torres superara una norma de la Constitución que prohíbe al cónyuge del mandatario saliente aspirar a la presidencia. La carta magna también prohíbe la reelección.

La demanda fue presentada el 11 de marzo, pero recién se conoció el 21 de marzo, desatando la controversia, que probablemente aumentará tras la sentencia este viernes.

“El problema se dará cuando se trate de inscribirla (a Torres) en el Tribunal Supremo Electoral” afirmó el diputado opositor Aníbal García.

En el Tribunal Electoral “es donde seguramente se va a argumentar el fraude de ley, porque en una forma descarada ellos estarían admitiendo que se divorciaron para tener vía libre para la inscripción” de la candidatura, dijo.

Antes de autorizar la disolución del matrimonio entre Colom y Torres, la justicia tramitó y desestimó 15 recursos que pretendieron evitar el divorcio, argumentando que “afecta los intereses públicos”, pues buscaba “eludir o saltar” una prohibición constitucional”.

El divorcio puso fin a un matrimonio de ocho años, celebrado en febrero de 2003 mediante una ceremonia civil y una religiosa maya. Colom es sacerdote del culto maya, cargo que pocos mestizos alcanzan.

Torres, de 52 años, se autoproclamó como candidata de los pobres al justificar su divorcio con Colom, pero sus detractores afirman que la guía la ambición ya que según ellos, ella es el poder real del actual gobierno.

“Yo represento a los sectores más olvidados y humildes de Guatemala. Esta vez la gente tiene el derecho de ser representada, me critican por lo que hago y no hago, y me han criticado porque me estoy divorciando del presidente, pero me estoy casando con la gente, con el pueblo”, afirmó Torres.

Las encuestas de opinión ubican a Torres en el segundo lugar de intención de voto de los guatemaltecos, muy por debajo del opositor Otto Pérez Molina, un general retirado derechista.

En mayo próximo serán convocadas formalmente las elecciones de septiembre por parte del Tribunal Supremo Electoral.

En los comicios los guatemaltecos elegirán un nuevo presidente y vicepresidente, diputados y alcaldes. Si es necesaria una segunda vuelta, tendría lugar en noviembre.