A 100 años de la conmemoración del primer Día Internacional de la Mujer, y a pesar de los innumerables avances, la OIT destaca que aún queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad de género en el mundo del trabajo.

Un ejemplo es la tasa de desempleo mundial, que en 2010 fue de 6% para los hombres – similar a años anteriores – mientras que para las mujeres, fue de 6.5 %.

Persiste también una segregación de la mujer en sectores que se caracterizan por tener bajos salarios, largas horas de trabajo y acuerdos de trabajo informales, lo que se ve se ve reflejado en el mayor porcentaje de mujeres que está en empleo vulnerable.

En América Latina, cifras entregadas por el Panorama Laboral 2010 (OIT, 2010) señalan que si bien la tasa de participación de las mujeres en el mercado se ha incrementado levemente (de 49.4% en 2009 a 49.9% en 2010), aún persiste la brecha con la tasa de participación masculina, que asciende al 71.1%.

Respecto al desempleo en las mujeres, se experimentó una reducción de un 9.9% en 2009 a un 9.1% en 2010, cifra muy superior al 6.5% de los hombres.

Por otra parte, el aumento del empleo en el sector informal afectó más a las mujeres (9.9%) que a los hombres (5.3%) y las mujeres muestran una inserción laboral más precaria en las actividades por cuenta propia, como el servicio doméstico, donde las condiciones de protección social y de ingresos suelen ser más adversas.

La desigualdad también se expresa en la peor calidad del empleo de las mujeres. Uno de los grupos que presenta mayor déficit de trabajo decente y precarias condiciones, es uno tradicionalmente femenino: el de las trabajadoras de servicio doméstico.

Las desventajas que enfrentan las mujeres, como trabajadoras están también fuertemente ligadas a la desigual distribución del trabajo de cuidado de la familia. De acuerdo al informe: “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social” (OIT-PNUD), hoy las mujeres comparten con los hombres el tiempo de trabajo remunerado, pero no se ha generado un proceso de cambio similar en la redistribución de la carga de tareas domésticas.

El organismo afirma que tampoco se ha producido un aumento significativo en la provisión de servicios públicos en apoyo a estas tareas; ni se ha logrado reorganizar la vida social.