Para nadie es un misterio que Pescadores artesanales y las grandes pesqueras del país viven una permanente “tregua”, en una “guerra” declarada por la captura de los recursos marinos, con el gobierno como mediador tratando de evitar conflictos.

En ese contexto es que la legislación destinó 5 millas desde la costa que son exclusivamente para que operen los pescadores artesanales, según consta en el artículo 47 de la Ley de Pesca.

Sin embargo, en algunas zonas del país, como las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Coquimbo, una “ambiguedad” en la ley permite a las grandes pesqueras operar bajo el método de “perforación”. Se trata de una autorización para que la industria “penetre” la línea imaginaria que limita las 5 millas, para capturar especies como la anchoveta costera.

“(…) mediante resolución de la Subsecretaría, previo informe técnico del Consejo Zonal de Pesca que corresponda, se podrán efectuar operaciones pesqueras extractivas por naves de titulares de licencias transables de pesca o de autorizaciones de pesca en las Regiones de Arica y Parinacota; Tarapacá y Antofagasta, sobre los recursos sardina española y anchoveta”. (Art 47, Ley de Pesca).

Además del obvio beneficio en la captura de especies, este sistema además le favorece a la industria porque al no tener que surcar mar adentro, reduce gastos en combustible capturando cerca de la costa.

Como decía en un principio, el encargado de “mantener en paz” a los artesanales y las grandes pesqueras es la Subsecretaría de Pesca, que maneja las Direcciones Zonales de Pesca y Acuicultura que presiden el Consejo Zonal de Pesca, instancia consultiva que reúne a empresarios, académicos, armadores, trabajadores y otros actores vinculados a la industria pesquera, y donde es evidente la mayoritaria presencia de representantes del mundo privado, con quienes precisamente los pescadores artesanales terminarán negociando su captura.

En el caso del extremo norte, fue esta última instancia que propuso permitir a las grandes pesqueras que operan en el norte del país, Camanchaca y Corpesca -del Grupo Angelini-, dentro de las 5 millas exclusivas.

No obstante, el Consejo Zonal de Pesca es consultivo, es decir, finalmente la Subsecretaría de Pesca es quien tiene la última palabra, y que eventualmente podría decidir no abrir la zona de “penetración”.

En el caso del norte, la autoridad emitió el pasado jueves 26 de enero la Resolución 323 donde autoriza a las naves de Camanchaca y Corpesca “perforar” las 5 millas de los artesanales por 3 años.

Casualmente, esta decisión se tomó a días que Raúl Súnico renunciara a su cargo como Subsecretario de Pesca en medio de acusaciones por supuestos vínculos con Asipes (Asociación de Industriales Pesqueros del Bío Bío), en medio de una investgación por aportes irregulares a políticos, delito similar que enfrenta el desaforado senador Jaime Orpis, precisamente por haber recibido dineros de Corpesca, ligado al poderoso Grupo Angelini.

ARCHIVO | Maribel Fornerod | Agencia UNO
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Rechazo

La autorización no cayó bien en el Sindicato de Tripulantes Artesanales de Arica, quienes emitieron una declaración donde aseguran oponerse rotundamente a la medida.

“Nuestra indignación es grande y el pesar aun más por toda la clase más humilde. Continuamente vemos cómo el poder económico de nuestro país se burla y vulnera a la clase obrera, conociendo todos los hechos de corrupción de parlamentarios procesados y formalizados por cohecho”, indica el texto firmado por su presidente José Martínez Venegas.

“Hoy como pescadores artesanales recordamos cuando el renunciado subsecretario de Pesca y Acuicultura Raúl Súnico por su ligazón a la industria pesquera, nos ofrecía su intermediación para negociar con los industriales pesqueros”, relató.

“Según él, nuestros argumentos no servían de nada. Hoy se contrapone la sustentabilidad a favor del poder económico de los más pobres que no tenemos la posibilidad para influir en los parlamentarios y así desarrollar nuestra actividad pesquera”, concluyen.

Respuesta del Gobierno

Para el Gobierno, en tanto, la lectura es positiva, debido a que el acuerdo disminuyó el tiempo de vigencia, de 4 a 3 años, y redujo además la zona de perforación en un 35%.

En ese sentido, desde la Subpesca destacaron que “este sistema está vigente desde 1994, y los acuerdos han sido tomados en el Consejo Zonal de Pesca (Cozope), en el que participan tanto representantes del sector artesanal como industrial, además de académicos y representantes de la institucionalidad pesquera (Armada, Sernapesca y Subpesca), cuidando que la flota industrial operase en áreas donde la artesanal no opera o tiene operaciones de poca importancia”.

Al respecto, el Director Zonal de Pesca, Marco Soto, explicó “se debe señalar que el gobierno realizó una propuesta para reducir temporal y espacialmente las ventanas de perforación para el sector industrial, de hecho parte importante de la costa correspondientes al puerto de Arica quedaron para uso exclusivo de la pesca artesanal, por lo que creemos que es un avance para la pesca artesanal, sin afectar a los trabajadores de la industria que vive de esta actividad”.

ARCHIVO | Maribel Fornerod | Agencia UNO
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La industria aprueba la medida, pero con reparos

Consultados por BioBioChile, Marcos Gómez Barrera, vicepresidente de la Asociación de Industriales Pesqueros del Norte (Asipnor), aseguró que “pese a que no se aprobó lo que había acordado originalmente el Cozope en la sesión de octubre, pues esa propuesta fue modificada posteriormente por la Subsecretaría de Pesca, el acuerdo que finalmente se aprobó tiene el valor de fortalecer las decisiones autónomas de los organismos regionales, integrados por todos los sectores, dar énfasis a la sustentabilidad de los recursos y, sobre todo, certeza jurídica para la actividad en el corto y mediano plazo”.

“Además se asegura, indirectamente, la estabilidad laboral del sector y la plataforma social ligada a la pesca industrial del norte”, indicó.

En esa misma línea, el presidente de la Federación de Pescadores Artesanales y Buzos Mariscadores de la Primera Región, Hernán Zepeda, aseguró que la medida se aprobó, “de forma prácticamente unánime, teniendo en cuenta que así hemos trabajado aquí en el norte, sin mayores problemas, por más de veinte años”.

“Aquí en el norte las operaciones industriales no nos afectan, sino que el mayor perjuicio lo provocan los pescadores artesanales de cerco, quienes en sus labores capturan una gran cantidad de fauna acompañante en la orilla, reduciendo así la disponibilidad de nuestros recursos”, agregó.

ARCHIVO | Maribel Fornerod | Agencia UNO
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Una sobreexplotación doble

Pero más allá de las razones económicas que están detrás de la Resolución 323, existe el riesgo de un daño ecológico irreparable con el sistema de “perforación” de las grandes pesqueras en las 5 millas más cercanas a la costa, según advierten organizaciones medioambientales como Océana.

El respecto, la directora ejecutiva de esa organización internacional del conservación marina, Liesbeth van der Meer, reveló a BioBioChile los negativos efectos, tomando en cuenta que se está autorizando para capturar la anchoveta, que es un recurso con mucha movilidad, es decir, nada asegura que permanezca en esas 5 millas, en donde está lo mas diverso de nuestro ecosistema.

Entre esa diversidad se encuentra el jurel, que en esta época en su mayoría son ejemplares juveniles o sea que todavía no se han reproducido, pero debido al sistema de pesca con cerco, queda atrapado en las redes, lo que por lo general termina con cientos de jureles muertos enviados de regreso al mar. A esto, la industria lo denomina “pesca incidental”.

“Entonces tu estás sobreexplotando dos pesquerías: la del jurel, y también la de la anchoveta”, sentencia la médico veterinario especialista en acuicultura.

En ese sentido, Van Der Meer destacó las iniciativas que buscan proteger este recurso negando el acceso a las grandes pesqueras. “Los artesanales con embarcaciones pequeñas con poca capacidad para operar en esta zona, no sobrexplotan el recurso”, explicó.

“La anchoveta es un pescado muy pequeño, se llaman pelágicos, que después se destinan a la producción de harina de pescado. Ellos son una parte muy importante de la escala trófica, estos pececitos son el alimento de especies más grandes como ballenas, lobos marinos y pingüinos, por eso son tan importantes para el ecosistema y por eso hay que protegerlos”, sentenció.

Respecto al sistema de pesca con cerco, la especialista de Océana describió el proceso que implica lanzar la red y encerrar el cardumen, para luego subirlo a bordo y trasladarlo a las plantas procesadoras.

“Los artesanales no tienen los medios que tiene la industria para detectar los cardúmenes, hoy la industria tiene sistema muy avanzado. Incluso tienen aviones que persiguen los cardúmenes para saber exactamente dónde están”, dijo.

“Esa pesquería el 85% es de Corpesca, entonces ahí está claro los intereses que hay creados detrás de eso”, concluyó.

Revisa los registros de la pesca con cerco en nuestro país.

Revisa la Resolución 323 de la Subsecretaría de Pesca.

Resolución 323 que autoriza a Corpesca a operar en zona exclusiva artesanal by BioBioChile on Scribd